20- El Café de la Noche

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--¿Estás segura que estarás bien?-- Volvió a preguntar el mayor de nuevo, posó sus manos en los hombros de la joven. --Puedo decirle a Kaido que alguien más haga el trabajo si te vas a sentir sola.

--Estaré bien, Kid.-- Le aseguró la fémina frunciendo su ceño y dando palmaditas a la mano de su hermano. --Puedes irte tranquilo.

No muy convencido, el pelirrojo se cruzó de brazos, pero antes de quejarse otra vez, Killer le empujó hacia fuera del apartamento.

Una vez su hermano salió del lugar junto al rubio, buscó su móvil y llamó a cierto varón.

--¿Qué sucede?

--Ven a mi apartamento.

(...)

Empezaba a oscurecer, el chico de cabellos negros se encontraba en la cocina preparándose un café. Sintió cómo unas suaves manos acariciaban su espalda y unos brazos le rodeaban la cintura.

Un escalofrío recorrió su espalda al escuchar un suspiro de la fémina mientras ésta se aferraba a su cuerpo.

--Tu espalda es cómoda... Law.-- Le molestó ella, frotando su mejilla con la espalda del ojigris.

--Vete a dormir.-- Balbuceó él con el ceño fruncido y las mejillas sonrojadas, aunque no quería que ella notase aquel detalle.

--No...-- Murmuró haciendo un leve puchero y aferrándose más al cuerpo del varón, tanto que él podía sentir el latido de la joven en su espalda.

--¿Quieres que duerma contigo?

El ojeroso se dio la vuelta para tenerla de frente y así ver su rostro, sus mejillas estaban violentamente ruborizadas y sus ojos apenados le veían con ternura, asintió con su cabeza y el chico acarició su mejilla.

--Vamos, vamos...-- Le apuró ella mientras el joven le ponía el azúcar a su café.

Una vez terminó, ambos se dirigieron a la habitación de la peli-(c/c).

Law se acomodó en la cama de su novia, dejando su taza de café en la mesita de noche, la fémina no tardó en hacerse espacio junto al pelinegro.

--No creo que esto vaya a ser cómodo.-- Comentó el de ojos grises al notar que la cama era un poco pequeña para ambos.

--Da igual... Quiero dormir contigo.

Un nuevo sonrojo se hizo presente en las mejillas del joven, desvió la mirada avergonzado y sintió cómo los brazos de la chica se aferraban a su pecho.

Ella dejó salir un suspiro, sintiendo un alivio en todo su cuerpo, sobre todo en su corazón.

Finalmente tenía a ese alguien que tanto quería. Finalmente se sentía querida por aquel orgulloso pelinegro. Finalmente ya no se hundía en soledad.

En Busca de Cenizas (Law x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora