12- Suspiros y Jadeos

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--Si dices algo, te voy a golpear.-- Advirtió ella, aún tenía el ceño fruncido y trataba de ponerse de pie. --Creo que me torcí el tobillo.

Law se acercó a la fémina, ayudándole a pararse.

--¿Puedes caminar?-- Le preguntó mientras le ofrecía su brazo para mantener el equilibrio.

--Me duele un poco...-- Admitió la oji-(c/o) con algo de vergüenza. --No creo que pueda caminar del todo.

--Puedo llevarte a mi apartamento para que descanses un poco.-- Ofreció el pelinegro, vió cómo ella asentía y después la tomó en brazos.

--O-Oye...

--Será más rápido, aparte de que tú dijiste que te dolía mucho el tobillo para caminar.-- Le interrumpió Law mientras trataba de buscar la salida.

(T/N) solamente suspiró y apoyó su cabeza en el pecho del ojigris, quién se puso algo tenso al sentir a la chica tan cerca. No solía tener mucho contacto con las mujeres, pero aquello le estaba gustando un poco.

Llegaron al edificio del ojeroso y éste rápidamente la llevó a su apartamento. Una vez ahí, Law puso a la peli-(c/c) en uno de sus muebles.

--Pensé que vivías con la Familia DonQuixote.-- Comentó la fémina mientras recorría el lugar con la mirada.

El de ojos grises fué a la cocina a buscar una bolsa con hielo.

--Cora-san me regaló éste apartamento hace unos años.-- Murmuró él, se sentó al lado de la joven y le quitó la bota y le subía un poco la tela del pantalón.

(T/N) dejó salir un pequeño jadeo al sentir el hielo contra su piel. Un leve escalofrío recorrió la espalda de Law al escuchar el sonido que hizo ella. Se sintió cómo un pervertido nuevamente.

El ojeroso la observó de reojo, se dió cuenta que la joven se tapaba la boca con una de sus manos. Aparentemente había notado el ruido que había hecho hace unos segundos y se puso nerviosa por ello. Él decidió no decir nada.

--¿Crees que se torció?

--No. Probablemente solo fue un pequeño dolor por esos mocosos que te pisaron el pie.-- El varón se levantó y fué a guardar el hielo, regresó y se sentó al lado de ella. --¿Quieres algo para beber?

--No, gracias.

--¿Todavía te duele?

--Un poco.

El ojigris se quedó pensativo por unos segundos después clavó su mirada en los ojos (c/o) de la muchacha, ella no pudo evitar ponerse nerviosa ante su penetrante mirada.

--P-Podría hacerte un masaje...-- Murmuró Law, no quería que la menor le viese como un pervertido o algo así, pero podría ayudarle en algo.

--No me molesta...-- Dijo ella, rompiendo el contacto visual, bajando su mirada, no queria que el pelinegro notase que se había ruborizado.

En Busca de Cenizas (Law x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora