3. Lady Beiha Royce, regente de la casa Royce

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CAPÍTULO 3

Lady Beiha Royce, regente de la casa Royce

Q u i n c e  a ñ o s  d e s p u é s

El duro invierno había acabado, finalmente dándole inicio a la primavera. El valle de Arryn fué principal anfitrión cuando apenas el sol salía. Pues sus prados se cubrieron de preciosas flores.

Había llegado la hora de florecer. Y tristemente, no hablaba solo de las flores del valle.

Tenía ya veinte años cuando colocaron la corona de la casa Royce frente a mí, en la mesa del gran comedor. Tío Gerold había contado un gran chiste y esa era la razón por la cual tenía la sonrisa ensanchada. Sin embargo, cuando Guthor colocó la corona frente a mí con cierta seriedad, la alegría se me esfumó.

—Prima, estimada y querida prima —había dicho, comenzando su discurso— No te has casado, y te hemos dejado danzar junto a las ovejas los últimos quince años mientras papá cuidaba de la regencia. Pero, el está enfermo ahora y es cuestión de tiempo para que la casa Royce reclame a su nueva Dama.

Me quedé en silencio, mirando a Guthor, pues tenía toda la razón. Yo lo respetaba, a mí tío y a él. Guthor ya no era un niño, tenía 27 años y un expediente de guerra amplio. El y mí tío Gerold se habían encargado de mí regencia mientras yo era una niña. Tal y como mí padre, Yorbert Royce; subió de regente mientras Lady Jeyne Arryn era una niña.

Tío Gerold había enfermado de una condición desconocida. Los brujos le daban remedios para aliviar su dolor de vez en cuando, pero a la larga no serviría de nada. El ya era un poco anciano, de todas formas. Era algo que Guthor y yo tendríamos que aceptar. Tal y como aceptamos la indeseable muerte de mí hermana Rhea.

—Bien, ya es tiempo ¿No? —me levanté de la silla, colocando mis manos sobre la mesa. Todos los miembros del comedor me observaron orgullosos.

—No tienes que presionarla, Guthor —se interpuso Gerold y lo miré con ternura. El era el mejor tío que una niña podía pedir. Siempre me cuidó y jamás me dejó sola después de la muerte de Rhea. Además, al cumplir la mayoría de edad no importó cuántos caballeros llegaron a nuestras puertas. No aceptó casar conmigo a ninguno. Pues tomó la decisión de que yo debía escoger a un hombre que amara para casarme.

—Está bien, tío —le sonreí dulcemente, pasando mis dedos por la corona plateada en una suave caricia. —He vivido plenamente por veinte años, debo asumir las responsabilidades que le correspondían a Rhea. Ella lo hubiese querido así y estoy dispuesta a cumplir su palabra.

Guthor elevó el puño orgulloso y el resto de la sala lo siguieron, alegres. La celebración siguió.

—En ese caso —Tío Gerold hablaba muy bajo, cansado por su enfermedad— Apenas asumas tu lugar como regente, viajarás a King's Landing. El Rey Viserys debe conocer a la nueva Dama de la casa Royce. El debe estar de acuerdo y desearte una buena regencia.

—No te preocupes tío, apenas se complete el proceso de regencia, partiré a King's Landing. Estoy ansiosa por ver a nuestro Rey y a su familia.

Volví a sentarme en la silla para continuar con la comida. Guthor me miraba con el pecho inflado del orgullo, el al igual que mí tío, siempre había querido lo mejor para mí.

Mientras comíamos, intenté ocultar mis manos temblorosas lo mejor posible. Había aceptado convertirme en la cabeza de la casa Royce. Pero tenía miedo.
Yo no era guerrera, ni calculadora como lo fue en vida mí hermana Rhea. No iba a guerras ni subía montañas con un fiel caballo. Actuaba en base a mí corazón, con bondad e inteligencia. Ser impulsiva y de carácter bruto no era lo mío. No sabía si todos estarían de acuerdo con mí regencia. No sabía sí lo haría bien o si llevaría la casa Royce a su destrucción.
Era probable que el consejo del Rey Viserys I no estuviese de acuerdo con mí reinado. Incluso el mismo Rey podría no estarlo. Las demás casas se levantarían contra mí.

JUDAS | Daemon Targaryen - Aemond TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora