10. Daemon ofrece una alianza

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CAPÍTULO 10

Daemon ofrece una alianza

La reina Alicent nos mandó a todos a descansar, luego de aquella cena desastrosa. Fuí a mí habitación en compañía de un par de guardias, pero apenas noté que se fueron, salí de ella.

El cielo estaba despejado y había un leve fresco en el ambiente nocturno que deseaba sentir. Me encaminé por los pasillos, tan disimuladamente como podía. No quería encontrarme con nadie.

Llegué a una de las puntas del castillo, encontrándome con un balcón. Sin embargo, no estaba solo. Habían dos muchachitas cercanas a mí edad, abrazadas y hablando entre ellas. Las reconocía, eran Rhaena y Baela, hijas de la difunta Laena Velaryion. Ah, y de Daemon.

Sentí lástima por ellas, al haber perdido a su madre. Sin embargo, asumí que no deseaban ser molestadas así que intenté pasar de largo disimuladamente. Pero voltearon a verme.

—Lady Beiha —llamó una de ellas, con la expresión amable.

Giré a verlas y sonreí con dulzura. Eran tan diferentes a su padre, tan dulces y correctas. Probablemente Laena había hecho todo el trabajo.

—Buenas noches, princesas —esbocé un leve asentimiento y me coloqué junto a ellas, mirando el bello cielo nocturno. —Linda noche, ¿No?

—Así es —respondió Baela— ¿Hace cuanto está aquí, Lady Beiha?

—No hace mucho —me encogí de hombros, pensativa— Menos de cinco días, ciertamente. No voy a quedarme mucho, pero King's Landing es... interesante.

—No nos gusta mucho —admitió Baela, con una sonrisa incómoda— Es gris y montañoso, prefiero las costas.

—Driftmark —asentí, comprendiendo— Pensaba que ustedes extrañarían Pentos.

—Pentos era uno de los tantos lugares que mí padre elegía para quedarnos unos miserables meses —espetó Rhaena, con cierta molestia— Para mí madre, mí hermana y para mí nuestro hogar es Driftmark.

—Claro —sonreí comprensiva— Junto a sus abuelos. Es entendible.

Baela colocó su mano en el hombro de su hermana con calma y pasó a mirarme.

—¿Usted extraña Runestone, Lady Beiha?

—Oh, por supuesto que sí —me apoyé en el muro de piedra que nos separaba de una caída mortal en las montañas— King's Landing es muy diferente al valle. Allí hay tantos colores, y montañas pero cubiertas de flores y vegetación. Animales, ovejas, gente amable. Es un buen lugar.

—Padre dice odiarlo —añadió Baela,
con gracia— Y no sé por qué, parece un hermoso lugar. Cómo de un cuento.

¿Daemon odiando las cosas bonitas? Qué extraño

—¡Y lo es! Están invitadas a Runestone cuando lo deseen. Mí casa los recibirá de la forma más calurosa posible.

—Es un honor aceptar su propuesta,
Lady Beiha —Rhaena sonrió dulcemente, más calmada.

—Sí padre no nos lleva a algún lugar lejano de los siete Reinos, tenga por seguro que visitaremos Runestone.

—Sí no están de acuerdo en viajar... ¿Por qué no le dicen a su padre? —inquirí, obvia.

—No nos escucharía..

—¿Cuando lo hace? Nunca —Baela suspiró y uní mis labios enojada. Daemon tenía tantos defectos, pero ser mal padre era algo no tolerable.

JUDAS | Daemon Targaryen - Aemond TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora