21. El Inicio de la danza

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CAPÍTULO 21

El inicio de la danza

Dejé descansar a Rhaenyra y me dirigí fuera de la habitación. En el gran pasillo, los hombres Strong esperaban ansiosos, al igual que Daemon.

-¿Cómo está mi sobrina, Lady Beiha? -Daemon fue el primero en hablar, preocupado por la salud de la heredera.

Sonreí, descubriendo al niño en mis brazos.

-Ella se encuentra bien, ha tenido un parto difícil pero lo soportó.

Los tres hombres Strong soltaron suspiros de alivio y Daemon esbozó una sonrisa arrogante. En señal de claro, es una Targaryen, qué esperabas.

-Gracias a los dioses -Jacaerys sonrió y se acercó tímidamente a mi encuentro. -¿Y nuestro hermano?

-El joven Aegon nació sano y fuerte.

Harwin, Luke y Jace me rodearon para ver al niño. Sonrieron amorosos al ver que el bebé se encargaba de chupar mi dedo.

-Sé parece a mamá -opinó Luke- Debería llamar a Joffrey, el estará tan feliz de conocerlo.

-Ve, Luke -le acaricié la mejilla y el jovencito se sonrojó. Daemon rodó los ojos al vernos pero no dijo nada.

-Ya lo traigo -dijo el mediano de los Strong y se fué.

-Mira nada más, Sir Harwin -Daemon y su tono burlón- Por fin éste niño tiene dignos rasgos Targaryen.

Miré mal a Daemon, al igual que Jace. Pero Sir Harwin no dijo nada, evitando responder a sus provocaciones. Simplemente me sonrió y le dí al niño, el lo cargó en sus brazos.

-Hola Aegon -le sonrió al bebé, embobado. -Mí príncipe...

Luke llegó con Joffrey y todos se distrajeron con el niño. Luego, me ofrecí a estar con el y cuidarlo para que los demás puedan visitar a la princesa Rhaenyra.
Me quedé en un cuarto, mientras las criadas preparaban la cuna del niño, digno de un príncipe. Llevó su tiempo, pasaron las horas. Supongo que la princesa se encontraba descansando. No me importaba cuidar del niño, era precioso.

El bebé me miraba, atento y yo le sonreía. Hasta que finalmente, arrullado en mis brazos; se durmió.

-Se ve linda así, Lady Beiha -alcé la mirada al notar la presencia del príncipe Daemon, quién estaba apoyado en el marco de la puerta, mirándome interesado. -Sé nota que será una buena madre.

Noté velozmente como el hombre tenía una apariencia atroz. Parecía haber salido de una dura guerra. Con el traje de batalla ensangrentado, sucio y su rostro revelaba unas cuantas cortadas y moretones. Aún así, su cabello plateado seguía perfectamente peinado en una semicoleta imponente que le llegaba a los hombros.

¿Ahora a donde se había metido éste hombre?

-Eso espero -respondí vagamente, un poco incomoda. -¿Qué estuvo haciendo? ¿Viene de una batalla?

Todavía no lograba acostumbrarme a mí relación con Daemon. Aveces me parece un buen hombre, o tan solo uno interesante. Pero luego recuerdo todo lo que hizo, todo lo que sigue haciendo y... me dificulta confiar por completo en el.

Daemon sonrió.

-Sabe, soy un hombre que disfruta moverse -el tono que utilizó al decir eso daba mucho que desear- No sé estarme quieto.

-Sí con moverse se refiere a asesinar personas, descuida que la casa Royce está muy enterada sobre ello -le dediqué una mirada fría y caminé hasta la cuna de Aegon para acomodarlo dentro de ella y que duerma más tranquilamente.

JUDAS | Daemon Targaryen - Aemond TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora