25. Instinto

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CAPÍTULO 25

Instinto

BEIHA.

-Sube el arco nuevamente y... ¿Sí lo estás captando, no?

Cregan me miró furtivo.

-Sí, sí -asentí ligeramente nerviosa y obedecí a su orden.

-Ahora coloca la flecha y... dobla más el brazo, Beiha -se interrumpió a si mismo- No, así no.

Su pequeña frustración lo llevó a colocarse detrás de mí y me acomodó el brazo izquierdo con el que sujetaba el arco.

-Tiene poca paciencia, Lord Cregan -me burlé de el, causando una media sonrisa en su rostro. Era irritante, pero ya nos estábamos llevando un poco mejor con el pasar de los días.

-Está equivocada, tengo mucha y no me moveré de aquí hasta que aprendas a lanzar correctamente una flecha.

-Espero que hayas traído una silla -exacto, no me tenía tanta fé.

Jace llegó, y se acomodó junto a un árbol para observarnos.
Últimamente estaba muy nervioso y ocupado por el tema de la guerra. No salía de Invernalia, porque Cregan y el se la pasaban en el despacho planeando estrategias con Lord Roderick Dustin, quién se encargaba del ejército de la casa Stark. Le decíamos Roddy, era un viejo amargado, pero tenía un corazón noble y la mayoría de los cachorros de lobos que encontrábamos por aquí; eran suyos. Me lo había topado un par de veces, no hablaba mucho conmigo, pero era amable.

-Con la mano derecha, estira la cuerda hasta el punto de ancla -continuó Lord Cregan- Pero no lo mantengas estirado mucho tiempo, porque tu disparo sufrirá complicaciones.

-Entendido.

-Ahora suelta suavemente los tres
dedos y... -solté la cuerda y la flecha fue a parar en cualquier lugar menos en el blanco. Casi se llevó el ojo de Jace en el proceso. -Mierda, Lady Beiha. Ya estás hecha para la guerra.

-¿Oigo sarcasmo?

-Por supuesto que sí -Cregan me sonrió con cinismo- Se acabaron las lecciones por hoy, ahora vamos todos al comedor. La cena debe estar lista.

Menos mal, porque tanto entrenamiento me estaba dando mucha hambre.

Los días que pasé aquí con Jace y Cregan, aprendí muchas cosas. Aparte de como usar un arco, lanzas, espadas y demás cosas, aprendí sobre la política del reino, del consejo y de las casas. Algo que me ayudaría bastante cuando regrese a Piedra de las Runas. Esperaba que al menos mí primo Guthor esté llevando bien las riendas de la casa por el momento, confiaba en el. Sabía que lo estaría haciendo bien.

-Hey, lo estás haciendo bien -me felicitó Jace, cuando llegué junto a él. Cregan ya se marchó al interior de su casa.

-¿Lo cree, mí príncipe? -sonreí ilusionada.

-Así es, mañana te enseñaré más sobre las espadas. He entrenado toda mi vida, soy bueno en ello.

-Estaría encantada de recibir sus lecciones.

-Veo que ya no tienes esas ojeras oscuras en su rostro, mí lady. Espero que este descansando bien, nuevamente.

Así es, los últimos días fueron horribles. No podía dormir en paz, las pesadillas relacionadas con la muerte de Luke y la risa de Aemond me despertaban a gritos a mitad de la noche. Era aterrador. Todos los días lloraba por Luke pero poco a poco intentaba seguir adelante.
El dolor y los recuerdos estaban ahí, pero intentaba ser más fuerte.

Le sonreí a Jace y juntos entramos al comedor.

. . .

Las cartas de Dragonstone habían llegado. En donde Rhaenyra le preguntaba a su hijo como se encontraba y como estaba llevando la dolorosa muerte de Lucerys. Afirmó que Daemon estaba encolerizado y que buscaba venganza en contra de Aemond, por lo sucedido.

JUDAS | Daemon Targaryen - Aemond TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora