22. Mí noble caballero

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CAPÍTULO 22

Mí noble caballero

No voy a mentir, la advertencia de Rhaenys me había dejado ligeramente asustada.
Era el mismo consejo que me habían dado en la casa Royce, no seas mediadora de ambos bandos. ¿Pero como no serlo? ¿Cómo elegir uno solo?

Amaba King's Landing. Alicent y sus hijos me habían acogido demasiado bien. Adoraba a Aegon, a Helaena, a sus hijos y muy en el fondo a Aemond.
Pero también amaba Dragonstone y a su gente. En especial a Luke, ese niño se había ganado un espacio muy grande en mí corazón. No sabía que me pasaba con el, cada vez que lo veía; me sentía completa. Con el todo era mágico, dulce, pacífico. No podía elegir, me era imposible.

—Tienes que tomar una decisión, Beiha.

Rhaenys logró sacarme de mis pensamientos, mirándome con determinación.

—Es tan difícil... —me abracé a mi misma, bajando la mirada.

—Para mí también lo fue, elegir entre la esposa de mí primo y su hija. Pero al final lo decidí, y mí lugar es con mi esposo. No estaré en medio de la guerra, deberías hacer lo mismo, Beiha.

—Sí, bien —asentí, no muy convencida— Aemond aún no es mí esposo, pero supongo que debo permanecer a su lado. Iré a King's Landing ahora mismo.

Rhaenys asintió, colocando su mano en mí hombro en señal de apoyo. Era una buena mujer.

—¿Te vas? —Rhaenys y yo volteamos a ver al chico asustado que estaba parado en la puerta de la gran biblioteca.

Era Luke y lo había escuchado todo.

—Luke, yo... —lo miré comprensiva y el negó, cerrando la puerta en nuestra cara.

—Veo que tienes una conexión muy fuerte con mi nieto —Rhaenys volvió a hablarme— El no está pasando por un buen momento, pronto será heredero de Driftmark y eso lo asusta. Quizás puedas ayudarlo antes de irte, usted parece ser mágica con las palabras, Lady Beiha.

Rhaenys se marchó, luego de decir aquellas palabras.

Suspiré y toqué la puerta de la biblioteca. Al no recibir respuesta, me tomé el banal atrevimiento de entrar de todas formas. Allí estaba Luke, de pie junto a un enorme mapa de piedra que contenía a todo Westeros. Su mano sujetaba un barco de piedra que estaba justo sobre Driftmark.

—Luke —lo llamé dulcemente— Creí que estabas con tu madre.

—Sí, pero ella y Harwin me dieron el discurso sobre que soy heredero de Driftmark y que tengo que asumirlo. Me agobié y me escondí aquí —no me miraba, me daba la espalda. Estaba nervioso y asustado, lo conocía muy bien. Luke era muy sensible y eso era una de las cualidades que más me gustaba de él, era un hombre bueno.

—¿Quieres hablar sobre ello?

—¿Para qué? Sí ya debes irte —espetó, con una amargura no propia de él.  —Imagino que tu prometido debe estar esperándote en King's Landing, celebrando el hecho de que su hermano usurpó el trono de mí madre.

No dije nada sobre el tema, porque sabía que aunque amaba mucho a Aegon, Luke tenía razón. El trono de hierro pertenecía a Rhaenyra, por el simple hecho de que así lo decidió Viserys. No sé que llevó a Alicent a decidir poner a Aegon en el trono, si ella ya había llamado reina a Rhaenyra.  Era todo muy extraño.

—Déjame hablar contigo —me acerqué a él y tomé su mano— ¿Qué te asusta, mí dulce niño?

Luke no me miraba, mantenía la vista sobre el barco de piedra en su mano libre.

JUDAS | Daemon Targaryen - Aemond TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora