JUDAS | Daemon Targaryen - Aemond Targaryen

26. Tierra de Ríos

CAPÍTULO 26

Tierra de Ríos

No salí del campamento en varios días, no regresé al castillo. Quería quedarme el mayor tiempo posible cuidando de Lucerys, velando y rogando a los dioses por su salud y su vida.

Guthor me había respondido las cartas. Mostró felicidad y alivio al saber que estaba viva y aseguró que cuidaría de la casa Royce mientras yo no esté. También mandó varias bolsas de flores del valle. Tardaron un poco en llegar, debido a lo lejos que se encontraba Invernalia, pero llegaron.

Tenía a todo un grupo de damas a mi disposición, desde sanadoras hasta prostitutas. No me gustaba referirme a ellas de esa forma, pero ellas afirmaron no estar ofendidas y que su trabajo era ese. Me sirvieron bastante, ayudaron en todo lo que podían para preparar las flores y éstas a parte de ayudar a Luke, también sirvieron para los soldados heridos. Era una muestra de agradecimiento de mí parte hacia Cregan, y el principio de nuestra alianza. La casa Stark y la casa Royce estaban unidas. Ambas casas apoyando a la legítima heredera al Trono, Rhaenyra Targaryen.

Las heridas de Lucerys poco a poco fueron sanando y lo movíamos de vez en cuando para evitar que su cuerpo se llene de ulceras. Decidí que era el momento de avisar a Jace, ya que no sabía si Luke despertaría más.
Al principio no le dijimos nada, pues Luke estaba tan herido y era una imagen horrible de ver, más para el que es su hermano.

Jace llegó en compañía de Cregan, por su rostro ansioso deduje que Stark ya se lo había dicho.
Llegó a mi encuentro y aunque intentó mostrar firmeza, se arrodilló ante su hermano y lloró sobre el.

—Luke... hermano —lo llamó, pero no tuvo respuesta. Pues Lucerys seguía sumido en la inconsciencia. —Le han cortado el pelo —notó.

—Hemos estado cuidando su higiene —sonreí, acariciando el rostro de Luke con ternura— Es nuestro príncipe, no debe estar en malas condiciones.

Jace me sonrió y me abrazó, emocionado.

—Gracias.

—Haría cualquier cosa por Luke, no me agradezcas. Lamento no haberte dicho nada de ésto, no quería que lo vieras en las condiciones que llegó. No pensamos que sobreviviría al primer día.

—No te preocupes, lo entiendo completamente —Jace se apartó de mí y volvió junto a su hermano— Sí yo no lo sabía, imagino que mucho menos mí madre.

—No, la noticia no ha salido del campamento.

—Bien, que se mantenga así por el momento. Hasta que Lucerys despierte.

No dije nada, porque también quería creer que Luke despertaría.

. . .

Era una noche fría cuando Lucerys despertó. Estaba en mí propia tienda de campaña, tratando de conciliar el sueño con el sonido constante de los búhos y el aullido de los lobos. Cuando de pronto una de las chicas ingresó desesperada a mí tienda.

—¡Lady Royce, despierte! —pidió y me incorporé, confundida— El príncipe despertó.

No pude ni siquiera ponerme un vestido decente. Llevaba un vestido de seda rosa, para dormir, y era bastante transparentoso. Sabía que era algo osado y desubicado salir así, pero no me importaba. La ansiedad por ver a Lucerys era aún mayor.

Además, habían demasiadas cortesanas desnudas por todos lados. Verme a mi de esa forma no creo que los provoque demasiado.

—Déjenme pasar —pedí, al ver el tumulto de gente que rodeaba la tienda de Luke. Todos ellos me dieron el paso y entré a la tienda. Jace ya estaba allí, evitando que un desesperado Lucerys se ponga de pie.