19. La prometida de Aemond Targaryen

2.7K 304 72
                                    

CAPÍTULO 19

La prometida de Aemond Targaryen.

Una criada entró al cuarto donde Lannister intentó llevar a cabo su fechoría. Traía una bandeja de plata y sobre ésta había una copa con agua. Lo colocó sobre la mesa y luego se marchó de la alcoba, en silencio. No tuve cabeza ni siquiera para decirle gracias.

—Ponte ésto —Daemon me ofreció su chaqueta negra. No, no me lo ofreció. Directamente me lo puso.

Mí vestido no estaba del todo horrible, pero sí se había roto un poquito debido a la fuerza que impuse contra Lord Lannister.

—Gracias —dije amable y me cubrí bien con aquella larga chaqueta. Caminé hasta la mesa y tomé el agua de la copa, de un solo trago.

—La sangre me sigue hirviendo —anunció, ligeramente tembloroso— Deberías darme una razón para no ir a cortarle la lengua en éste momento.

—Le darías un infarto a tu hermano Viserys —le advertí con cierto humor, abrazando la copa.

Daemon volteó a mirarme, incrédulo.

—De todas formas tiene los días contados.

—No hables así de el, es tu hermano —lo regañé, sintiéndome medio mal. No quería que Viserys muriéra. Por más de que ese fuera su próximo destino.

—¿Cómo puedes estar tan tranquila? —se acercó y clavó sus ojos violetas en mí. — Lannister intentó abusar de ti.

—Me defendí —sonreí— Eso es algo que nunca hubiera hecho, me consideraba una cobarde. Pero lo hice, gracias a tí. Y quiero poder confrontar a Lannister yo misma, darle un castigo apropiado.

—¿Y qué castigo vas a imponerle? —me preguntó con cierta ironía, cruzándose de brazos.

—Quizás pueda necesitar un poco de tu ayuda —dije tímidamente y Daemon sonrió.

—Ya nos estamos entendiendo, mí lady.

—Todavía te odio.

—No espero menos de una Royce.

. . .

Luego de beber más agua, decidí finalmente salir al gran salón. Daemon se quedó conmigo hasta que pude calmarme y ambos salimos a través de las grandes puertas. Íbamos a una cierta distancia, pero en la misma línea. Nuestra caminata era sincronizada, por alguna extraña razón.
El llevaba solo una camisa y una chaqueta metálica, pues su gran y elegante chaqueta negra lo llevaba yo. Ambos íbamos de negro y la verdad aunque era absurdo admitir, como pareja imponíamos.

No pienses tonterías, Beiha

Su cabello plateado resaltaba de forma majestuosa entre la gente. Mantuvimos la mirada al frente todo el tiempo, estaba segura que hasta Lord Lannister nos estaba viendo con cierto odio. Seguramente el creía que huiría como una cobarde.

La gente nos miraba, eso era obvio. Susurraban cosas que prefería ignorar, seguramente no eran sensatas.

Nos separamos en cuanto cada uno tuvo que marcharse a su mesa y cuando llegué a la mía noté cómo Lady Jeane Arryn estaba hablando con mí tío. Se callaron al notarme y la mujer me dió una mirada de admiración, luego se marchó.

—Lady Jeane —la saludé educada antes de que se marche y luego miré a mí tío. —¿De que hablaban?

—Ya te enterarás —mí tío le restó importancia y Guthor lo secundó. Los miré de forma sospechosa. —¿Qué hacías con el Targaryen?

JUDAS | Daemon Targaryen - Aemond TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora