Guerra

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Arica

Darleen siempre dijo que el viaje solo fue de dos días, sin embargo, bajo esa completa oscuridad fue el más largo y horrible de toda mi vida. Sin comida suficiente, ni agua, solo caminando, sin saber siquiera cual momento era el adecuado para descansar, de todas maneras cada momento se sentía peor que el anterior.

Salimos de aquella cueva de noche para variar pero el sólo hecho de encontrarnos con el cielo estrellado daba un poco de calma y nos escondimos en el inicio de un bosque a un lado del camino principal que lleva a Magna Bellator. No prendimos una fogata pues no queríamos delatar nuestra posición dado que al acercarse a la ciudad comenzaban a existir puntos de vigilancia, pero algo había cambiado, increíblemente ya no estábamos tensos por todos los sucesos que iban a acontecer, por el hecho de separarnos nuevamente, ya no era la angustia lo que reinaba sino la calma, después de todo, sabíamos que hacíamos lo correcto. ¿o no?

Esos momentos de libertad parecen tan lejanos, el mundo pareciera girar cada vez más rápido, no sabemos que ocurrirá mañana y si habrá noticias horribles o buenas para recibir. Solo sabemos que Jarle se acerca desde el Sur y Eilén por el Noreste, y todos sabemos que no se trata de una casualidad.

Unas aves hermosas, similares a los picaflores vuelan una vez cada tres días para traernos noticias de nuestros compañeros. Ayer llegaron Harmont y Darleen a Amisa, al parecer su padre logró no matarlo y permitir que se queden en el castillo, ese era el mayor de los logros. Aren tiene a Jarle mordiendo el anzuelo con su simpatía y su buena disposición para todo, aunque en un principio no fue así, Celegrom sospecha que Dorian es el cerebro de ese equipo y es quién mantiene contacto con los herederos malditos

­-­-­ ¿En que estas pensando? Eru me saca de mis cavilaciones. Esta apoyado sobre el marco de la puerta de cristal que da al balcón donde estoy sentada. Verlo así, mientras el sol hace que juego con el color de sus ojos, haciendo parecer que son incluso más claros, su larga figura ¿Es que siempre será tan... él? ¿Cuando dejará de suspirar mi corazón con su presencia?

Nuestro recibimiento no fue el más grato, fueron varias reuniones agotadoras donde explicábamos una y otra vez que es lo que hacíamos aquí y porque Lynae no estaba con nosotros, cada nueva reunión se agregaba un superior para poder dar las noticias hasta que dimos con Finafin, él se motró mucho más dócil que el resto de sus soldados, no era para nada lo que imagine, tenía una mirada algo cansada, y yo suponía que quizás los años fueron los que ablandaron aquel carácter tan hostil con el que fue descripto por su hija.

En cuanto a Eru, no hemos pasado momentos a solas, por un lado redoblaron la vigilancia y por el otro, al parecer en ésta ciudad todo es estrictamente vigilado, y dado que no somo si quiera pareja, no hay compromisos, no es posible que compartamos mucho más que la cena. No sé que es lo que lo trajo aquí ni cómo logro persuadir a los guardias que vigilan las puertas.

­-­-­ ¿Cómo entraste? Pregunté.

­-­-­Me canse realmente de dar explicaciones y congele a todos. Dijo pero al instante comenzó a reír, entre tantas desgracias había olvidado el sonido de su risa y los hoyuelos que enmarcan su delineada sonrisa cuando lo hace. ­-­-­ ¿De verdad me crees capaz?

­-­-­ Enojado quizás. Sugerí mientras él se acercaba y se sentaba junto a mi.

­-­-­-­ Tendría que tener una buena razón para enojarme... ¿Cómo estás?

­-­-­ Bien, sigo pensando en que todo va a salir bien, no sé como pero algo me dice que vamos a lograr pasar esto.

­-­-­-Me alegra escucharlo.

­-­-­-­ ¿Lograste encontrar alguna pista sobre Lynae?

Sus ojos miraron el horizonte, había mucho más de lo que creí en esa extraña relación entre ellos, mucho más cariño del que ambos admitieron tenerse en un principio.

Renacer En Invierno [ Herederos I ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora