Vacios

28 5 13
                                    

Meri Leonor 

Arica es tan hermosa, dulce y buena niña, ama la naturaleza más que cualquier otra cosa, y yo sé que es a causa de su ser interior, su herencia, pero aún así su madre creía que era cuestión de niñez

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Arica es tan hermosa, dulce y buena niña, ama la naturaleza más que cualquier otra cosa, y yo sé que es a causa de su ser interior, su herencia, pero aún así su madre creía que era cuestión de niñez.
<<¿ A que niño que dispone de un patio amplio y verde no le gusta estar metido de cabeza en el lodo o en el agua o juntando flores ?>> decía cada vez que intentaba sacarle el tema. 

Sin embargo, ahora que su adolescencia estaba comenzando a florecer, su madre estaba comenzado a desesperar porque ella simplemente deje de dedicar tiempo  a cuestiones tan aburridas como a la jardinería y comience a salir de fiesta o haga amigas en la escuela.  

Por mi parte, tengo que admitir que me opongo tremendamente porque sería equivalente a quitarle parte de su esencia pura y viva, y soy la que menos poder de decisión tiene en esta situación. 

Nunca tuve la oportunidad de enojarme con ella, después de todo mi pobre hija hace lo que puede para mantenerse en pie, Deaven fue el amor mas grande que cruzó en su vida aunque ella jamás admitirá que así fue. Un amor de los peores que pueden atormentar el corazón de una joven, ese que  no es, ni será correspondido y así fue como ese mismo sentimiento que la hizo suspirar tantas veces mientras escribía sus nombres juntos en una servilleta al desayunar, fue el mismo  que un día inesperado le partió el corazón en mil pedazos. 

No debería pero el amor suele ser mucho mas complicado de lo que esperamos. 

Cierto día, como cualquier otro,  llegamos de hacer las compras, pero Arica no estaba dentro de la casa, tampoco en el jardín, o en su habitación, la alarma comenzó a aparecer dentro de nosotras y la paranoia hizo acelerar nuestro corazón pero no podía estar muy lejos, me repetía mientras las manos comenzaban a sudarme de una manera espantosa. 

Buscamos en todos lados pero no había aún rastros de mi pequeña, pasaron quince minutos, veinte, treinta y no lográbamos dar con ella , fui corriendo al lago pero no encontré nada que no sea calma y unas suaves olas golpeando delicadamente sobre las rocas de la orilla.

-¡Mamá! Abuela!- el alivio de su voz aflojó todos los músculos que había contraído.
Vimos su menudita silueta corriendo hacia nosotros desde la entrada al bosque.

- ¡mamá! No creerás lo que me pasó- dijo mientras recuperaba el aliento, ya mucho más cerca de nosotras.

- ¡Espero creerlo! nos diste un susto de morirse-

- No lo van a creer, fui a caminar por el bosque buscando una  Tussilago, porque  en el jardín no tenemos y pensé que sería lindo porque no tenemos ninguna amarilla-

- ¡Cuando vas a ser un poco más normal Arica! ¡Ve a escuchar música, enciérrate en tu cuarto, enojate conmigo porque no te compro la ropa que te gusta! Pero por favor no quiero enterarme nada mas de  alguna flor o ver que estas en el jardín todo el día. Si escucho algo más referido a eso explotare! - entendía que quizás estaba cansada pero sabía de ante mano la causa de su frustración. - No puedo creer que todo este susto fue una estúpida y horrible flor- 

Renacer En Invierno [ Herederos I ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora