Pactos

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Eru

No podía creer que había vuelto nuevamente a ayudarla luego de todas la escenas infantiles que me había planteado

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No podía creer que había vuelto nuevamente a ayudarla luego de todas la escenas infantiles que me había planteado. Como sí mi mente no controlara más mi accionar y fuera Ari la que demandaba de mi todo lo que quería, sabiendo que no tengo otra opción.

¿Acaso nada de lo que hago es suficiente? ¿O será que nunca dejará esa actitud asquerosamente humana?

Estoy viendola desde lejos, como sonríe de la manera más perfecta posible se consuela con la idea de recuperar el tiempo perdido con su padre.

<<Vaya consuelo, un hechicero temeroso y fuera de estado. ¿De que sirvieron los momentos de gloria? Si ahora solo es una triste sombra de lo que algun día fue.>>

Todo iba bien, estaba tranquilo descansando hasta que los arboles me avisaron de la presencia de la muerte entre los suyos. Era realmente extraño ya que este bosque era uno de los más seguros.

Corrí en dirección a Parva cuando a mitad de camino escuche claramente el chirrido fastidioso de las calaveras moribundas que gritaban y reían. Un maldito árbol de la muerte los amenazaba.

Cuando llegue Deaven estaba luchando con una inútil aureola de fuego sobre el gran demonio ¿por qué no utilizaba algo más violento? Quite mis cuestionamientos de mi mente y pensé cual era la manera mas rápida de terminar con esto, el hielo lo haría perecer, debía utilizar mucho pero lo mataría, aunque no logré hacerlo con la suficiente velocidad, Arica estaba desgraciadamente cerca y la empujo sin toda su  fuerza, pero golpeando su brazo.

Maldije para mis adentros sintiendo algo de culpa aunque cuando ví la figura de Lynae comprendí toda la situación.

<<Desgraciada bruja.>>

Sabía que en algún momentos nuestros caminos se cruzarian nuevamente pero aún así alvergaba la esperanza de no verla nuevamente, no con Arica.
Su rostro muestra total satisfacción, entonces entiendo que todo ésto fue armado por ella, un simple teatro para sacarnos información.

** **

- Estoy casí seguro que le dió los viejos rios de la sinceridad- susurró Aren antes de entrar a la cabaña.

Eso explicaba muchas cosas aunque debo admitir que esto ya era demasiado, a la mañana no me quería cerca y ahora se lanzaba a mis brazos sin dejarme más opción que retenerla junto a mí. Me saca de mis casillas.

Todavía no logro debelar que es lo que genera en mi específicamente aunque sus besos son todo lo que necesito para estar en paz. Pero luego se comporta como humana, chiquilina, sentimental e insufrible y me hace detestarla por eso escapo nuevamente a mi libertad.

- Se durmió- dijo Deaven sacándome de mis naufragios mentales.

- Debriamos despertarla, para que coma algo- sugiere Aren, queriendo ser considerado. Me debato internamente si debo hacerle burla o dejarlo así.

Renacer En Invierno [ Herederos I ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora