Aguas Turbias

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Narración

Los cinco viajeros se levantaron cuando el alba se anunciaba con colores claros sobre el cielo pero aún no había rayos del sol presentes en el violáceo inmenso.

Arica no había logrado alcanzar un sueño reparador, justo sobre el suelo, con su espalda dolida, extrañaba profundamente las comodidades que nunca valoro en su anterior vida, en su anterior mundo, que en su momento consideraba vil y complicado pero ahora sus dificultades parecían simplezas en comparación con este inmenso mundo que le entregaba la más difícil de las tareas.

<<Ojala fuesen el café negro y los turistas mi únicos problemas>> pensó mientras se levantaba quejosa.

- Recuerden hacer lo que necesiten antes de comenzar, no quiero pausas innecesarias- dijo Harmon mirando a Aren con gracia.

- ¿Por qué me miras a mí?- se atajó éste acomodando inútilmente su cabello enmarañado.

- Lo siento, olvide que ahora eres adulto ahora- bufo

- Siempre eres así de gracioso en las mañanas o prácticas para algo?- repuso con fastidio mientras cargaba su mochila al hombro.

- Está siendo él en su máxima expresión- sonrió Celegrom dándole una palmada en la espalda con cariño- entre más grande sea tu enojo, más placer le da molestarte-

A decir verdad el viaje era ameno, Harmon era tedioso e insoportable pero les hacía gracia la mayoría del tiempo, con lo que no podían evitar que un pequeño cosquilleo feliz los rodee de vez en cuando.

Celegrom, caballero y cordial como siempre, ayudaba a Arica incluso en las pequeñeces, cayendo rendido no solo ante su belleza física sino también sus profundos pensamientos que ella develaba lentamente sin ser consciente, esos referido a la vida, el amor, las costumbres y la familia, sin notar ella como su alma esperaba una respuesta de su parte, aunque las miradas dulces de esos ojos claros si las sentía a cada momento y el rose de su piel le era un tacto extraño en su cuerpo pero agradable.

Un obstáculo en el camino se abrió ante ellos, un inmenso árbol que al parecer se rindió ante las lluvias, los vientos bestiales de las tormentas otoñales, decidieron escalarlo y pasar por encima de él, ya que rodearlo les tomaría más tiempo sin mencionar que había ramas caídas a todo su alrededor confundiendo el sendero que hasta el momento seguían perfectamente. Él atento a las pisadas de Arica estaba esperando la oportunidad justa para serle útil, el momento justo donde ella lo necesitara, y sucedió, la madera seca de los extremos cedió haciéndola caer, aunque ya se hallaba a corta distancia del suelo él la auxilio, quedando sus rostros a corta distancia, dando lugar a unos instantes de intimidad entre suspiros reprimidos, para luego retomando cada cual su espacio luego de unas miradas incómodas.

A pesar de ello, y de lo bien que se sentía su cálido compañía, Arica estaba colmada de culpa pues detestaba no poder corresponderle a lo obvio, sin embargo era consciente de su incapacidad de hacer "algo" en estos momentos y cada vez que se acercaba a sus azulados ojos, no veía en ellos otros que los de su lejano amado.

Lynae paseaba en soledad, resentida por el poco apoyo que recibía de sus supuestos amigos, e incluso escondió de sí misma todos los recuerdos del lago, imágenes de cuerpos excitados que no la ayudaban a conservarse distante y "digna". Aunque el calor de la mañana se alzaba con la luminiscencia y la humedad se hacía presente en los cuerpos de todos, dejando ver los músculos que había debajo de aquella camiseta de mangas largas, haciéndola vagar en sus pensamientos más de lo que ella misma toleraba, avergonzándose de sí misma por lo mucho que lo deseaba.

Caminaba detrás del grupo, ida en sus pensamientos a tal punto que no noto como Harmon redujo la velocidad para estar a la par de ella.

- Si no te conociera, diría que estas distraída- dijo sin mirarla

Renacer En Invierno [ Herederos I ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora