Despedidas

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Desperté en el mismo lugar, el sofa de mi abuela, a medida que me incorporaba sentía como mis manos nuevamente estaban ardiendo, algunas ampollas comenzaron a reventarse, dejando salir el agua y la sangre que llevaban dentro.

No había señales de mi abuela por ninguna parte, cruce rápidamente la habitación, abri la heladera en busca de una crema para quemaduras y la aplique generosamente en mis manos,  aunque el dolor se había convertido en costumbre el frio me calmaba mucho mejor de lo que esperaba.

Entonces más relajada, fui al baño de arriba en busca del botiquin de primeros auxilios para vendar mis dolidas manos.
Cuando baje nuevamente noté como un extraño escalofrio recorria todo mi cuerpo.

Escuche a lo lejos la voz femenina que reconocía mejor que nadie. Salí deprisa al patio trasero, un poco más lejos se encontraba Greta junto a mi abuela, no puedo explicar la alegría que arrebato mi cuerpo y me llevo a correr en su dirección, la abrace con fueza y ella devolvió el gesto algo sorprendida.

- Amiga, ¿que te hicieron? Te ves horrible- dijo Greta divertida aún en medio de lagrimas traidoras que brotaban por mis ojos.

- Estoy hecha un asco- conteste tratando de ahogar las lagrimas con el aire fresco de la tarde.

-¿Que diablos te paso en las manos?-

-Es una reacción alérgica o algo así, volví a la jardineria y me equivoque con unas hiervas- mentí y sobre el hombro de mi amiga divisaba a la dama que enarcaba una ceja.

-Deberías ir a controlarlo con un dermatólogo- dijo mientras nos encaminamos en dirección a la casa.

-Si, me dio unas cremas, estoy mejorando-.

- Debo admitir que me dieron ganas de matarte por irte así, sin avisar, me preocupe por tí-  confesó mientras le agregaba un poco de azucar al té.

-Perdón por eso, es que... No tienes idea de todos los cambios que necesitaba hacer.... Y estoy trabajando en eso aún-

-No te excuses, podrías haber dejado un mensaje, una carta, algo- estaba verdaderamente molesta pero bien sabía yo que era a causa de su preocupación y congoja.

-Si lo sé, perdón- conteste
Aunque lo que en realidad tenía ganas de decirle era :

<<la verdad Greta es que soy un ser mágico, siempre lo fui y debido a eso debo aprender a liberar mis poderes antes de que me maten, para volver a un mundo en quién sabe donde, pero se supone que allí es donde pertenezco...Ah y mi padre siempre me quizo pero ahora no ésta, lo que me confunde aún más...Y por si fuera poco tengo sentimientos encontrados hacia un chico, un gigante más específicame que jamás tendra el valor de decirme si el sentimiento es recíproco. >>

- Antes de venir aquí... Pase por la casa de tu madre- comentó mientras hacía carraspear su garganta.

-Oh, y que te dijo-

-No atendió ella, su esposo lo hizo- dijo enarcando una ceja

-¿Estas queriendo decirme que se caso?- quede petrificada, me llenaba de odio la idea de que haya esperado que yo me vaya para casarse, esa no es la mujer que me crio.

- Así parece. Pero mejor hablemos de otra cosa- dijo frunciendo los labios, ella si que me conocía casí mejor que yo misma.

Ella paso a contarme todos los pormenores del hotel...Al parecer en mi corta ausencia, mi compañero dejo embarazada a su novia, Greta estaba al borde de la separación y la falta de organización en el sector de recepción era evidente, lo que hacía que nuestro jefe este con un humor de perros todo el tiempo.

Renacer En Invierno [ Herederos I ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora