Harmont y Celegrom

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- No estamos perdidos- se atajó Lynae antes de que logremos reaccionar.

-¿A donde se dirigen exploradora?- contestó el desconocido, quitándose la capucha, dejando ver su rostro pálido acompañado de un cabello negro azabache, ojos oscuros y mandíbula muy bien definida.

- ¿Que hace un oscuro en este lado del reino?- inquiere ella.

- Yo pregunte primero- dice sonriendo ampliamente, lo cual, a mi parecer parecía más macabro.

A todo esto Aren y yo seguíamos desconfiados, mientras Lynae se acercaba más y más a la ubicación del extraño, hasta que la única distancia que los separaba era la altura de la rama del árbol.

Al fin y al cavo mis percepciones fueron acertadas pues podía percibir un aura extraña a mi alrededor aunque no logro descifrar si ésta es de un ser bueno o malo, lo que me deja un poco frustrada.

- Nos dirigimos al cruce del noreste, hacia Alfheim en realidad-

- Temo decirte que tomaste el camino más largo, genia ¿Por qué no pasaron por el pueblucho? Es mucho más directo desde allí y evitan este bosque-

Aren me miró sorprendido ya que él conociendo también el lugar no tenía idea de lo que el pelinegro mencionaba

- Ese paso es más corto pero es por territorio de pantanos -

- No me digas que tres elfos hechiceros le tienen miedo a un par de rocas que se mueven y seres sin raciocinio?-

- ¿Que mierda quieres?- Lynae ya estaba exasperada por la actitud petulante que la dejaba en ridículo y con el orgullo herido.

- Estaba esperando cazar algo para la cena pero solo conseguí una triste ave a causa de sus ruidosos debates, soy Harmont- bajo del árbol de un salto, extendiendo su mano hacia ella, pues nosotros parecíamos salidos de la escena. – ¿Te conozco?- preguntó al tiempo que la acerco más hacia él para así examinar sus facciones.

- Lo dudo... en fin, debemos marcharnos y buscar donde dormir-

- Juraría que te he visto alguna vez.

- Ya nos vamos, gracias por el consejo- declaró dándose media vuelta.

- Quizás ¿Puedan estar seguros con nosotros?-

Aren seguía inmóvil, mirando el suelo

- ¿Nosotros?- contestó la vocera oficial del grupo

- Celegrom, un buen amigo, montamos un campamento cerca de un riachuelo, es la zona más segura que encontramos.

Si nada indicaba maldad en su aura supongo que era porque eso era inexistente, de lo contrario el frio en mi pecho aparecía cómo el día que irrumpió nuestras vidas la desagradable visita de Eilén para arruinarlo todo.
A veces me arrepiento de lo que hice, pero otras tantas me cuestiono a mí misma a causa de la culpa, sabiendo que hallaría el modo de hacerlo, pues no es el momento y tampoco es mi sueño.

- Está bien- interrumpí dando a conocer mi voz.

- ¿Que?- mis compañeros, quienes habían comenzado a caminar en la dirección contraria, se giraron sorprendidos por mi decisión.

- Si hubiera querido hacernos daño, ya lo habría hecho- lo defiendo, ganándome un par de ojos que quiere apuñalarme- Además, es evidente que conoce la ruta mejor que nosotros-

- ¿Estas segura? – interrogo Aren.

- Si los deja más tranquilos, Celegrom es un elfo de luz Aqua, no como el sucio oscuro Ignis que tienen en frente de ustedes- su ironía no me daba buena vibra sin embargo en esos ojos oscuros encontraba algo que me interesaba, sinceridad.

Renacer En Invierno [ Herederos I ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora