El mismo bando

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Aren.

Desperté cuando la claridad del sol en su máximo punto daba justo sobre mi rostro, a su vez pude percibir el desagradable hedor que emanaba ¡yo mismo! gracias a la transpiración que me bañó por completo la noche anterior, al instante de incorporarme sobre las mantas húmedas, sentí una incomodidad terrible. No puedo continuar el viaje sin un aseo decente.

Divise con borrosa visión mi alrededor, no había nadie, me encontraba solo en medio del modesto campamento, por un momento mi mente quiso alarmarse pero todas las pertenencias estaban a nuestro alrededor por lo que dudo que su ausencia indique algo malo, además había una pequeña humareda proveniente de las cenizas apagadas recientemente.

Lynae estaba profundamente dormida a mi lado, abrazada a su báculo, lo cual resultaba extraño pero intente no darle importancia alguna, me levanté con sigilo para avanzar en completo silencio hasta el riachuelo donde me vería obligado a sumergirme desnudo para quitar todo este mal momento, aunque de momento no soy tan valiente por lo que, decido solo sumergirme con la musculosa fina y mi ropa interior.

<< Creo que te falto agregar esto a tus enseñanzas querido Deaven>> pienso mientras suspiro profundo y avanzo sobre las pequeñas rocas para sumergirme.

Pude distinguir entre las ondas suaves mi reflejo, y éste me devolvía una imagen que no conocía, cabello oscuro, y mandíbula definida, mucho más ancha de lo que recuerdo tener, y lo más extraño fue unos ligeros garabatos tatuados en mi frente y mentón, trazos finos que no tenían sentido alguno para mí, no comprendo bien lo que sucede por lo que me limito a dejar que el frio del agua calme mi ser interior y me ayude a retomar las fuerzas que necesito para afrontar este viaje.

Las palabras de la extraña mujer del bosque vuelven a mi memoria una y otra vez, como espejismos baratos de pesadillas sin sentido ¿serán estos dos nuevos conocidos de fiar? O ¿debo convencer a mis compañeras para que nos marchemos lo antes posible? ¿Debo comentarles sobre esta extraña aparición?

Una ola de agua salpicó mi rostro, dejando que el agua entre en mis ojos. Cuando logro incorporarme me doy cuenta que Lynae se había lanzado al lago.

- Ya me voy- dije fingiendo fastidio aunque en realidad es porque estoy semidesnudo y me causa algo de pudor que justamente ella lo note, suficiente tengo con este cuerpo extraño, sin mencionar que,  no eh conocido elfa de confianza en mi vida de aprendiz.

- Quédate, no muerdo- dijo nadando hacia la parte más honda

Recordé su conflicto de anoche, su padre y todo el embrollo que significó para ella, como un huérfano olvidado puedo admitir que duele, bastante pero luego comienzas a valorar simplemente a los que están cerca de ti, esos que quieren verte triunfar como Deaven lo ve en mí y como yo lo veo en ella. No entiendo que es lo que me impulsa a quedarme unos segundos más en su compañía, sin embargo lo hago.

- ¡Aren!- grito sacándome de mis lagunas mentales.

- ¿Qué?-

- Estúpido creí que tenías en una visión o algo-

-¿ Visión? No tengo ese don – contesté, haciendo una mueca de desagrado de solo pensar lo difícil que debe ser, seguir adelante con toda la vida misma sabiendo cuál será el final inevitable de cada acción.

- No lo sabes hasta que ves una- contestó

- Lo dudo-

- En fin, solo te estaba dando las gracias, por lo de la otra noche- su voz firme y segura paso la duda y el titubeo en cuestión de segundos.

Renacer En Invierno [ Herederos I ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora