¿Quién eres? II

22 5 14
                                    

Llame al trabajo por primera vez para anunciar mi ausencia en este día que se viene en picada, hable con Theo, le dije que estaba enferma con gripe en cama, lo cual era casi verdad. Como jamás me ausentaba no hubo problema alguno.

Sentada desde el alfeizar mire desde mi ventana al lago intentando buscar en el algo a lo que aferrarme, algo que me ayude a entender ¿que debo aprender de estas idas y vueltas en mi vida?
No lo entiendo, siempre estuvimos solas con mi madre, siempre me quede a su lado porque si no lo hacía la culpa de abandonarla, siendo que ella daba todo por mi, dejarla sola yo también, me invadía por completo.

Recordé a Eru, su voz en mi cabeza estaba molestando, sin embargo ¿sera que por pura casualidad, sus rarezas se comenzaban a hacer realidad en mi vida? Muchos secretos para mi gusto, muy real aquello que parecía absurdo. Todo lo que me hacía sentir segura era más bien una torre de naipes que se volaron lejos con la brisa más mínima de una respiración ajena. 

De repente note en la entrada izquierda al bosque como mi abuela volvía tranquila, mirando hacia los arboles como esperando la presencia de alguien, lo cuál es un poco interrogante ya que a esta hora prácticamente está en penumbras toda la vida del ambiente. 

Cuando se acerco más a la casa, cruzamos nuestras miradas, ahora su rostro se veía un poco más triste, supongo que no es la forma de reconciliación que esperaba, tampoco era planeado que se desatara una guerra en la casa, lamento un poco que eso se deba a mi culpa.
Termine por recostarme en mi cama y buscar departamentos en Internet.

-Puedo pasar?- pregunto desde el otro lado de la puerta, luego de dar unos suaves golpecitos. 

- si- contesté fregandome los ojos inchados y enrojecidos.

Dio una rápida mirada hacia todo lo que se encontraba a la vista en mi habitación, sin embargo no era con desdén o evaluación como lo hacia mi madre, su mirada era simple curiosidad o al menos eso me hizo sentir. No había mucho que digamos, solo unos estantes con libros, mi escritorio con la vieja computadora que me acompaña desde la secundaria.

<<esa si que es todo un fósil>>

-Difíciles días-  suspiró

-Sip- me limite a contestar mientras observaba como el viento comenzaba a levantarse sobre la copa de los arboles.

- Esta bien que estés confundida- se sentó a mi lado.

-No entiendo porque me afecta tanto, debería estar feliz por ella pero no puedo, de verdad no puedo abuela  y tampoco eh dormido bien en unos días, quiero creer que es eso-  las lagrimas comenzaban a rodar nuevamente por mis mejillas dejándome ver débil y vulnerable.

- Tienes pesadillas?- 

- No se si llamarlas así, primero soñé con una criatura extraña pero amigable... luego comenzó a aparecer más seguido y hace algunos días me cruce con un muchacho que dijo cosas extrañas- 

-Lo dudo, por más extraños siempre hay que intentar interpretarlos-

-  Soy una analfabeta de sueños entonces- admití.

- Siempre nos dicen cosas nuestros sueños- dijo con una media sonrisa pero sospecho que solo lo dice para levantar un poco el ánimo.

-No lo se... Y luego eso que dijiste de mi padre, siento como si existieran más cosas ocultas y la verdad no estoy segura de poder con tantas- 

- De a poco todo se aclarará, pero debes abrir tu mente-

- ¿A que te refieres?-

Me miro con compasión, sus ojos dulces con sus pestañas largas y claras, acarició mi cabello con dulzura.

Renacer En Invierno [ Herederos I ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora