→ En donde Halerys es todo lo que queda la casa Strong y Aemond detesta estar encantado con ella.
❞Los vientos de guerra se acercan❞ aquello fue lo último que Halerys oyó de su abuelo en la última conversación que mantuvieron. Y tuvo razón.
El...
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HALERYS APRECIABA ALGUNAS COSAS DE LA VIDA. Pero lo que más quería sin duda era a su hermano mayor Harwin. Desde pequeña le sentía como una figura omnipotente, alguien a quien aspiraba a ser. Un hombre extremadamente fuerte pero gentil, gracioso y con un gran corazón. Siempre le había cuidado como si fuera una flor pero también le había enseñado a defenderse como si tuviera las garras del animal más salvaje de la naturaleza.
Era joven cuando el acepto ser espada juramentada de Rhaenyra Targaryen, y aunque la separación le ardió en el pecho, la lejanía también era una excusa para visitarle de vez en cuando y perderse en la inmensidad de la Fortaleza Roja. Solía espiar las clases que daban las septas para escuchar historias increíbles sobre guerreros y dragones, sobre fuego y sangre deseando ser en algún momento tan fuerte como ganar batallas y adquirir algún apodo como el Rompe-huesos.
Fue cuando su padre y su hermano murieron que entendió que un buen líder busca la paz más que cualquier otra cosa en el mundo.
Pero también comprendió que era tarde para eso. Había caos en su interior, y había guerra en el exterior.
Debía ponerse una armadura y luchar.
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AEMOND X FEMALE OC.
—❝¿Rogar? ¿A quién? ¿A ti? ❞
❝ — A tus dioses. ❞
Ella río. Sus ojos brillando con la luz de la luna —❝Sere yo quién haga rogar a los dioses piedad por ti. ❞
