Enemy to lovers (Aemond Targaryen) (Aegon II Targaryen)

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- Aegon - la princesa chillaba y apretaba más su agarre con el antes mencionado

La princesa se encontraba en sus aposentos, tirada en su cama, el sudor corría por todo su cuerpo, un gran dolor abdominal y calambres poseían el cuerpo de la peli blanca, los maestres buscaban la solución y Aegon era el único que podía estar en la habitación por orden de la princesa al igual que la Reina.

La Reina podía sentir el sufrimiento de Alysanne y sufría con ella pues al verla así, desesperada, asustada y pasando lo peor que a una madre le puede pasar, el corazón de ella se rompía al ver a quien había criado y amado como a una hija pasaba por aquel martirio pero si algo le daba un gramo de paz era ver cómo su primogénito no se iba de su lado, no soltaba su mano y no dejaba de decirle que todo estaría bien.

Aegon trato de contener el llanto pues al ver y escuchar lo que Aly gritaba y suplicaba "Aegon, dime que el bebé está bien" los ojos de su sobrina estaban rojos por el llanto, el aborto había sido espontáneo, la mayoría de los síntomas que había presentado la princesa eran por la ansiedad y desesperación.

Los maestres temían que la locura que una vez atormentó a la madre de la princesa fuera hereditaria y que ella tuviera el mismo camino que su progenitora, el gran maestre sugirió que la leche de amapola sería la mejor opción para calmar al cuerpo y mente de la peli blanca, la Reina accedió ante la propuesta del anciano y una vez que Alysanne se encontraba en un profundo sueño, Aegon se negó a separarse de ella hasta que Aemond regresara pues unas horas antes un cuervo había salido a bastión de tormentas para infórmale al más joven de los príncipes su reciente e inesperada pérdida.

- Largo - En el rostro de la Reina se notaba lo furiosa que estaba, sus ojos estaban rojos por el llanto y su voz denotaba lo que sentía en esos momentos

- No me iré hasta saber el estado de salud de mi hija - la peli blanca no pudo decir nada más pues fue callada por una abofeteada de parte de la Reina

- Ella no es tu hija - miro con desprecio a ambos peli blancos - Tampoco tuya - señaló a Daemon - Yo amo a esa niña como una hija propia, la he cuidado desde que era un pequeño y frágil bebé, estuve ahí para escuchar su primera palabra, agarre sus manos cuando dio sus primeros pasos, vele por ella cuando enfermaba y la abrazaba cuando necesitaba consuelo. ¡Yo estuve ahí! ¡Es más mi hija que de ustedes!

- Pero tú sangre no corre en sus venas - Alicent se dirigía al peli blanco lista para abofetearlo pero Ser Criston Cole la detuvo pues nunca se sabía que podía hacer el hermano del rey

- No me interesa que sangre corre por sus venas, la seguiré amando por igual - limpio discretamente las lágrimas que recorrían sus mejillas - Es la última vez que pediré que se retiren

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Alysanne abrió lentamente los ojos, su vista era borrosa aún desconcertada por la leche de amapola no podía divisar quien era la persona que jugueteaba con sus dedos pero algo que estaba segura se trataba de alguien que tuviera cabellera blanca.

- ¿Aegon? - lucho para que eso saliera de su boca, sentía la garganta irritada y reseca, su voz era ronca por tantos gritos y llanto - Aegon - carraspeó su garganta pues quien agarraba su mano no había respondido ante ese nombre

- Soy Aemond, mi amor - al escuchar esa voz, la princesa hizo un puchero, trato de levantarse rápidamente para ir a sus brazos pero fue inútil aún su mente no había esclarecido y por consecuencia casi se tiraba de la cama pero gracias al agarre de su esposo eso no sucedió, una vez que él se acostó a un lado de ella y la tenía entre sus brazos el llanto de princesa comenzó sin cesar - Tranquila - la pegaba más a su pecho, acariciaba la cabellera blanca de su esposa y aguantaba las ganas de caer en llanto - Todo estará bien, estaremos bien - no había palabras en ese momento que pudieran consolar a ambos