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El sol entraba por unas de las pequeñas ranuras entre las cortinas y la ventana, provocando que el sueño de la princesa se disolviera. Con el mayor cuidado posible se quito del agarre des esposo y pudo divisar que él seguía dormido.

Aun era demasiado temprano, pudo deducir por el frio que envolvía todo el cuerpo de la peli blanca, llegó a la conclusión de que no hace mucho había amanecido. Tomo la bata que se encontraba en uno de los sillones que se encontraban cerca de la cama y sin hacer el menor ruido posible salió de sus aposentos, mientras caminaba dio una mirada hacia atrás pues su marido tenia el sueño ligero y varias ocasiones por cualquier movimiento o ruido él se despertaba pero esta vez fue la excepción.

Caminaba con los brazos cruzados para protegerse del frio, las criadas que pasaban por los pasillos hacían pequeñas reverencias a lo que ella respondía con una leve sonrisa y sus pasos cada vez se hacían más rápidos pero una vez que llego a la puerta de la habitación que le había sido asignada a Aegon se detuvo, lista para tocar pero esta se abrió sin previo aviso, dejando ver a una de las criadas con sus ropajes alborotados al igual que su cabello.

- Princesa - el rostro de la mujer denotaba lo preocupada que estaba pero Alysanne se limito a darle una amarga sonrisa para entrar y cerrar la puerta, dejándola fuera de estos y dirigirse hacia el peli blanco que tenía una sonrisa de burla mientras se tapaba el cuerpo desnudo con la fina sabana

- ¿Por qué siempre tienes que encamar a toda mujer que pasa enfrente tuyo? - Aegon rodeo los ojos pues el tono de voz de su sobrina delataba lo disgustada que estaba

- ¿Por qué en las ultimas veces que estoy en mis aposentos, vienes en bata? - la mirada de Alysanne se dirigió al piso y sus brazos se cruzaron una vez más pero esta vez no para protegerse del frio sino para ocultar como sus pezones se habían endurecido por culpa del frio - ¿Todo esta bien?

- Aemond me propuso acostarme contigo

- ¿Es por eso que estas aquí? - el príncipe trago saliva, su rostro tenia una mirada de decepción con cierto enojo

- No - el ambiente entre ellos era tenso, nunca había sido así hasta el día de hoy - Pensaba que se lo habías propuesto - Aegon soltó una risita sarcástica

- Claro, la idea fue del hermano que se coge a cualquier cosa que tenga vagina - su rostro podría expresar enojo pero en sus ojos había tristeza

- No me interesa de quien haya sido la idea aun así me negué

- No me interesa que respuesta hayas dado porque aun así nunca aceptaría

Un silencio se apodero de la habitación, y los ojos de ambos se encontraban cristalizados pero sus miradas no se cruzaban, ninguno veía al otro y a los dos les dolía ese distanciamiento. Nunca se hubieran imaginado que eso podría existir entre ambos pero todas las personas tenían un limite y Aegon había llegado al suyo.

- Si no tienes nada más que decir, agradecería que te retiraras para poder cambiarme - sus dedos se cerraron en torno a su pulgar tras escuchar aquellas palabras

- ¿Qué sucede? - al fin ambos pudieron contener la mirada aunque solo por unos segundos pero solo fue Aegon el que se percato de los ojos llorosos de la peli blanca

- ¿Qué me sucede? - sus manos acariciaron su rostro, intentando no perder la cordura pero no fue posible, estaba cansado de siempre ser una segunda opción, estaba cansado que Alysanne disfrazara su egoísmo con ingenuidad, estaba cansado de ver a la mujer que amaba con su hermano - Por los dioses Alysanne, te he respetado... te he respetado incluso cuando tu no lo haces... Toda mi vida te he amado y te he deseado e incluso cuando he tenido la oportunidad de acostarme contigo no lo hago por respeto a ti y ahora dejas que Aemond, tu esposo, te sobaje como si fueras solo un objeto que su único deber sea expulsar bebés

Enemy to lovers (Aemond Targaryen) (Aegon II Targaryen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora