Enemy to lovers (Aemond Targaryen) (Aegon II Targaryen)

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Abrió los ojos con dificultad, podía sentir un fuerte dolor en la frente y su vista aun estaba nublada pero podía distinguir las siluetas borrosas que divisaba. Sabía muy bien dónde estaba, antes ya había estado ahí y la silueta hombruna con cabello blanco, sabía muy bien de quién se trataba.

Cerro una vez más los ojos con la esperanza de que su vista se aclarara - Tranquila - era extraño que solo lo divisara a él y no a alguien más - Sufriste una grave contusión en la frente - llevo sus manos hacía dicho lugar y pudo sentir algo húmedo y como el dolor aumentó al momento de tocarlo.

- Los maestres piensan que fue por cansancio - esa voz hizo que la peli blanca abriera los ojos, sintiendo una extraña sensación en todo su cuerpo pero de igual manera sintió paz - Pero pienso que es por estrés

- Aegon - una sonrisa se formo en el rostro de la peli blanca pero se esfumo al instante pues no sabía el porque él estaba ahí y no su esposo - ¿Qué haces aquí?

- Al llegar a desembarco del rey... sentí que algo no estaba bien - jugueteaba inconscientemente con sus manos - sentí que no estabas bien - Daemon trato de contener la risa pero una risita salió de él - Suena estúpido, lo se

- Toma esto - una vez que la peli blanca tenía el brebaje entre sus manos, dudó en tomarlo pero al final dio un pequeño sorbo. Al identificar su sabor con el té que le había brindando el maestre Gerardys en su última visita a Dragonstone, bebió toda la bebida de un solo trago haciendo que en el rostro de Daemon se formará una gran sonrisa

- Debemos irnos - ambos peli blancos fruncieron el ceño ante la petición de la princesa pues desde la gran ventana se podía ver el gran diluvio

- No podemos - Aegon le señaló la ventana, teniendo como respuesta un pequeño "ohh" por parte de Alysanne y sin pensarlo tomó su mano

- Creo que notificaré a Rhaenyra sobre tu salud y pediré que preparen una habitación - miro de reojo a la ventana donde se podía apreciar la lluvia y el atardecer entre las nubes para después mirar a Aegon.

Después de la partida del mayor de los peli blancos, Aegon tomo con cuidado el pañuelo húmedo que había en la mesa de noche y lo paso por la herida de la princesa -  Se sincero, ¿Por qué viniste? - ese par se conocía tan bien que sabía cuando el otro estaba mintiendo 

- Perdón, Aly pero tu madre siempre me ha causado miedo - la princesa soltó unas pequeñas risas 

- ¿Miedo? 

- Miedo de que te haga algo - la sonrisa de la peli blanca se deshizo, hubo un silencio que envolvió la habitación pero este se esfumo cuando se escuchaban como niños corrían por el pasillo y soltaban grandes carcajadas - ¿Te duele?

- ¿El no tener hijos? - la princesa negó rápidamente ante su misma pregunta 

- Me referia a tu herida 

Aegon trato de darle una sonrisa reconfortante pero no funciono pues del rostro de Alysanne solo salió una mueca, odiaba verla así. 

Alysanne se hizo a un lado para que el peli blanco pudiera acostarse, no hubo necesidad de pedirlo pues Aegon había entendido la señal. Algo que le encantaba aunque su hombro lo odiaba era tener la cabeza de la peli blanca recargada sobre este. 

Sin darse cuenta ambos habían caído en un sueño profundo, sus manos seguían entrelazadas y la cabeza de Aegon estaba recostada sobre la de Alysanne. 

Un pequeño carraspeo los despertó, el peli blanco se levanto rápidamente de la cama, acomodándose los ropajes y con torpeza peino algunos cabellos que estaban alborotados en cambio Alysanne, no se inmuto, no hizo nada más que sentarse sobre el mismo lugar que segundo antes estaba acostada.