Capítulo 14. Un interesante giro de acontecimientos parte 2

255 33 3
                                    


Sonreí a Sam y Tucker mientras caminaban a mi lado. Sam parecía haberse calmado un poco y ya no me miraba con los ojos entrecerrados que podrían hacer que un poderoso fantasma quisiera encogerse y esconderse.

Lo sabría, soy uno.

Cuando llegamos a la acera me di la vuelta y comencé a caminar en dirección a mi casa, mis amigos a cada lado de mí.

-¡Woohoo! ¡Vamos a la casa de Dan!- Tucker gritó, y luego salió disparado delante de nosotros en la dirección a la que nos dirigíamos. Levanté una ceja divertida cuando desapareció por una esquina de árboles y arbustos.

Sam me miró.

-Supongo que no le dijiste que tu casa está a dos millas de distancia, ¿verdad?

Le sonreí tímidamente.

-Oops. Supongo que lo olvidé.

Sam puso los ojos en blanco.

-Oh, bueno. El geek de la tecnología necesita hacer ejercicio de todos modos. -Ella rió.

Me reí y sacudí la cabeza con alegría.

-¿Cuánto tiempo crees que le tomará darse cuenta de que mi casa es más lejos de lo que pensaba?"

Sam se quedó pensativo antes de sonreír.

-Justo ahora.- En ese momento, damos la vuelta a otra curva para ver a Tucker de pie en medio de la acera, con la mano apoyada en la rodilla jadeante.

Levanté ambas cejas con una sonrisa.

-Oh, eres buena.

Sam agitó su mano con ligereza con una sonrisa.

-Es lo que hago -Me reí y miré a Tucker mientras nos acercábamos a él.

-¿Cansado ya?- Pregunté con fingida incredulidad. Tucker me lanzó una mirada fría, pero no contenía veneno. De todas maneras, no creía que pueda ser tan serio en este tipo de situación. Simplemente le sonreí cuando pasamos junto a él, sin siquiera molestarme en hacer una pausa y esperarlo.

-¡Chicos! ¡Espérenme! - llamó desde detrás de nosotros. Simplemente nos reímos de él y seguimos caminando. Sam y yo caminamos uno al lado del otro durante unos cinco minutos antes de que el geek nos alcanzara. Le sonreí inocentemente; mis ojos azules y verdes iluminados de risa. Sam sonrió al adolescente cansado.

-Tal vez necesito correr con tu PDA otra vez o simplemente dárselo a otro pájaro para que vuelvas a estar en forma. -El rostro de Tucker palideció y sus ojos se abrieron como platos mientras colocaba una mano protectora sobre el bolsillo en el que estaba escondido su equipo. -¡Sobre mi cadáver, Sam! -gritó. Me tapé la boca para ocultar mis risitas de diversión. Tucker volvió su mirada hacia mí. - ¡Y tú no eres mejor! También me dejaste atrás. Menudo amigo eres. -Gruñó mientras cruzaba los brazos sobre su pecho.

Le sonreí, pero por dentro me dolía. Ya me estaban llamando amigo, pero me iba a ir de nuevo una vez que se completara esta misión. En realidad; que mal amigo que era. Aún asi, sonreí y palmeé el hombro de Tucker. -Lo siento, Tuck. Pero tengo que estar de acuerdo con Sam.

Tucker suspiró y me miró con curiosidad.

-Entonces, ¿qué tan lejos está tu casa de aquí?- Miré a mi alrededor, buscando cualquier punto de referencia que usara desde arriba. -Alrededor de otra milla. No tan lejos. -Le dije.

Tucker se quedó boquiabierto.

-¡UNA MILLA! ¡Cielos! ¿Tan lejos está tu casa de la escuela? -gritó con sorpresa.

El aprendiz del Maestro del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora