El aprendiz del Maestro del Tiempo

Capitulo 24. Dia de la muerte parte II

Caminar a lo largo de una habitación tiende a volverse muy aburrido después de un tiempo, sin importar cuán nervioso y asustado estés. Eso es lo que había estado haciendo durante las últimas 2 horas. Había pasado todo el día aquí en mi sótano desde que llegué a casa de Le Café, eso fue hace poco más de doce horas. Me negué a irme, no quería quedar atrapado en algo o ser encontrado por nadie. Principalmente un fantasma que podría haber logrado enterarse de que yo estaba aquí en el Reino Humano. No muchos fantasmas sabían que hoy era mi 'Día de la Muerte' solo Clockwork y Ghostwriter, que habían estado presentes durante mi primer ataque.

Miré el reloj en mi muñeca por millonésima vez hoy, viendo el minutero moverse más y más cerca de su destino. Después de ver que sólo habían pasado dos minutos desde la última vez que lo había mirado, me senté justo donde estaba parado, que estaba en el medio de la habitación. La única luz que iluminaba la habitación era la del extraño bastón que Clockwork me dio la semana pasada. El orbe blanco brillante que flotaba en la parte superior, emitía una luz suave que me permitía ver a dónde iba y así no chocar contra las paredes mientras caminaba.

Suspiré y bajé los ojos a mi regazo mientras me sentaba con las piernas cruzadas en el suelo, mi sombra parpadeando ligeramente por la luminiscencia del bastón. Me había quedado sin cosas que hacer para ocupar mi mente, ya había contado cuántos pasos había de un extremo a otro de la habitación, en ambos sentidos.

Miré al bastón una vez más, inclinando mi cabeza ligeramente mientras lo estudiaba con curiosidad. Ni una sola vez en todo el tiempo que el objeto ha estado en mi casa he tenido la oportunidad de mirarlo de cerca. Y viendo que ya no tenía nada que hacer para entretenerme, mi mente había puesto la vista en un nuevo misterio.

Levanté las manos hacia el bastón, aunque estaba despejado al otro lado de la habitación, y me concentré ligeramente en él. Pronto, después de equilibrar mi flujo de energía y enviarlo hacia el bastón, ganó un tono ligeramente más brillante mientras se estremecía un poco antes de levantarse del suelo y alejarse de la pared.

Sentí una sonrisa de triunfo cruzar mi rostro mientras lo levitaba a través de la habitación y hacia mi mano extendida, curvando mis dedos alrededor de la parte de madera del bastón. Acerqué la bola de energía a mi cara para poder observarla mejor y averiguar de qué estaba hecha.

Entrecerré los ojos para intentar mirar más profundamente en la esfera y ver cómo actuaba.

Jadeé y casi dejo caer la cosa al suelo, por lo que había notado. Esa pequeña bola de energía que estaba sentada tan inocentemente en la parte superior del palo largo, no era solo energía.

Observé la cosa con horror, sabiendo cuánta energía estaba apretada dentro de esa pequeña esfera diminuta de energía blanca pura. Si esa pequeña bola explotara o se rompiera, causaría una fisión nuclear.

Era básicamente una maldita bomba atómica.

¡Qué diablos estaba pensando Clockwork cuando me entregó algo como esto! ¡Si esta cosa explotaba, entonces todo Amity Park sería borrado de la faz del planeta! Recuerdo haber aprendido sobre Hiroshima y Nagasaki en Japón, cuando lanzamos nuestras bombas atómicas sobre ellos, y cómo todos fueron simplemente incinerados en la explosión. No quedaron cuerpos, huesos o incluso cenizas. La sombra de una persona incluso fue quemada en el concreto. ¡Una maldita sombra por el amor de Dios!

Comenzando a enloquecer aún más que antes, me puse de pie de un salto y con cuidado llevé el bastón de regreso a su esquina junto a la pared, sin siquiera pensar en intentar probar la telequinesis en él nuevamente.

Lo coloqué con cuidado contra la pared antes de retroceder unos pasos, dándole a la cosa unas cuantas miradas cautelosas antes de regresar a mi lugar en el suelo. Sabía a ciencia cierta que no iba a estar jugando con esa cosa por mucho tiempo.