Capítulo 31: Batalla final

98 12 5
                                    



Danny sintió que había estado luchando durante horas, pero en realidad solo habían pasado unos minutos desde que comenzó la pelea, y el adolescente ya comenzaba a sentirse desgastado y tenso en algunos lugares. La parte inferior de su capa estaba casi hecha jirones mientras flotaba en el aire, jadeando ligeramente mientras miraba hacia arriba para ver a Draco dando vueltas sobre su cabeza, esperando que el Aprendiz hiciera su siguiente movimiento.


Danny gruñó e ignoró la fatiga y miró hacia abajo para ver que los equipos estaban casi en posición, así que se giró para ver a Draco mirándolo con expresión calculadora. Danny sólo había logrado hacer un agujero en una de las alas del dragón hace apenas unos minutos cuando la bestia intentó golpearlo con ella. En su lugar, Danny hizo un agujero en el apéndice correoso. Era lo suficientemente pequeño como para que Danny apenas pasara a través de él, por lo que no había mucho daño.

Danny levantó la mano para limpiar el pequeño rastro de sangre que bajaba por un lado de su cara desde un corte en su frente, rozando sus dedos contra el mango de madera del bastón. Luego sonrió y se concentró lo suficiente como para hacer una copia de sí mismo y ambos cargaron contra el Antiguo, moviéndose en una formación de flanqueo.

Draco inhaló profundamente y luego desató otra gran corriente de fuego púrpura hacia su copia, provocando que desapareciera. El Danny original dio vuelta y disparó unos cuantos discos verdes de energía que golpearon al dragón en su largo cuello mientras volaba a lo largo su costado. Draco gruñó y giró su enorme cabeza para mirarlo, luego sonrió.

Danny, preguntándose a qué se debía esa mirada, volvió a mirar hacia adelante para ver que una enorme cola negra venir hacia él. Danny soltó un grito cuando el sólido apéndice chocó contra él como un tren de carga, enviando al adolescente medio consciente a desplomarse hacia el suelo, millas más abajo. Sus dedos se aflojaron sobre el bastón, pero se negaron a soltarlo.

-Mierda, esto no va bien. - dijo Danny para sí mismo, mientras su cerebro confuso intentaba aclarar su visión nublada. -Él es fuerte. No puedo retenerlo mucho más.

Levantó la vista sólo para darse cuenta de que estaba viendo el suelo corriendo hacia él en lugar del cielo. Sus ojos se abrieron, luego se acurrucó y se preparó para impactar el suelo.

Draco observó la impresionante nube de polvo que se elevaba alrededor del área donde cayó el Aprendiz, luego plegó sus alas y se lanzó hacia él, planeando usar el polvo como cobertura para cargar contra el adolescente fantasma. Se rio entre dientes y entrecerró los ojos, abriendo sus alas cuando estaba a menos de una milla del suelo y dejando que el impulso lo llevara el resto del camino hacia abajo para no causarse daño a sí mismo.

El polvo se aclaró lo suficiente como para ver al adolescente tirado en el suelo boca arriba con una expresión aturdida. El Dragón Antiguo rugió su victoria cuando aterrizó sobre el niño y golpeó una de sus patas delanteras contra él, creando otra nube de polvo y arrancando un grito de dolor al fantasma bajo sus garras. Draco se rio profundamente mientras miraba a Danny, quien estaba jadeando con una expresión de dolor. El bastón que llevaba el adolescente había rodado unos metros por encima de su cabeza.

-Debo felicitarte por tus valientes intentos de intentar derribarme, joven fantasma. Pero eres un milenio demasiado joven para igualarme en fuerza y ​​poder. Los restos del hechizo que nos retenía han desaparecido casi por completo. -Retumbó mientras se inclinaba hacia atrás para dejar que Danny viera su cuerpo con los ojos entrecerrados.

Por mucho que Danny lo odiara, lo que decía el dragón era verdad. Las tenues sombras negras que una vez formaron el cuerpo de la bestia casi habían desaparecido y terminaron de solidificarse en las escamas de ébano que cubrían su cuerpo.

El aprendiz del Maestro del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora