Capitulo 19. Lago Amity

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A la mañana siguiente, se estaba volviendo extremadamente difícil sacar los pensamientos de los Antiguos de mi mente y concentrarme por un tiempo en la escuela y Sam y Tucker. Me sentí aliviado y nervioso al mismo tiempo porque había descubierto exactamente por qué Clockwork me había enviado de regreso a Amity Park.

Aliviado, porque ya no estaba en la oscuridad y ahora sabia a lo que me enfrentaba. Nervioso, por lo poderosas que eran esas criaturas. Eran casi tan poderosos como varios Dan mezclados en uno para cada Anciano.

-¿Dan? Dan, ¿estás ahí? ¿Hola? -Salí de mis pensamientos y parpadeé una vez, solo para ver una mano oscura que se agitaba frente a mi cara.

Jadeé y salté hacia atrás en estado de shock, cambiando rápidamente a una postura protectora, cerrando mis manos en puños y levantándolos al nivel del pecho, preparado para arremeter contra cualquier cosa que hiciera un movimiento amenazante hacia mí.

-Vaya, cálmate, Dan. Solo somos nosotros.

Miré y dejé que mis ojos se centraran en dos rostros muy desconcertados y confundidos de mis amigos. Dejé escapar un largo y cansado suspiro y forcé una pequeña sonrisa en mi rostro. -Lo siento chicos. Solo me distraje un poco. -Me disculpé.

-¿Un 'poco'?- dijo Tucker, levantando una ceja divertida hacia mí. - Amigo, tus ojos estaban vidriosos, estabas tan perdido en tus pensamientos.

Sentí mis mejillas arder de vergüenza y me reí.

-Uh, sí, había muchas cosas en mi mente.

Sam entrecerró los ojos hacia mí, su mirada calculadora en sus ojos morados.

-¿Oh? ¿Sobre qué?

Sentí una punzada de irritación por sus miradas sospechosas que seguía enviándome, pero mantuve mi rostro neutral mientras la miraba con calma.

-Asuntos familiares. - Le dije un poco cortante.

La expresión de Sam cedió un poco mientras me miraba con más abierta curiosidad que otra cosa.

-¿Algo en lo que podamos ayudarte?

Contuve un suspiro, incapaz de seguir enojado con ella a menos que me diera una buena razón para hacerlo. En su lugar, solo le di una pequeña sonrisa y sacudí la cabeza hacia ella.

-No. Sin embargo, gracias por la oferta. -Le dije.

-¡Oye, Dan! -Escuché una llamada de voz familiar detrás de mí, y cuando tanto Sam como Tucker se tensaron, sonreí y di la vuelta hacia el atleta que se acercaba.

-Buenos días, Dash. -Dije, inclinando mi cabeza cortésmente hacia él.

Dash se detuvo a unos metros de nosotros, notando las miradas de odio y desconfianza de Sam y Tucker, dudando en acercarse más a nosotros. No pude evitar poner los ojos en blanco y mirar a mis dos amigos.

-Chicos, relájense. Solo quiere hablar. -Les dije, tratando de que se relajaran.

Cuando relajaron lentamente su postura, me volví hacia Dash y asentí con la cabeza.

-¿Cómo estas esta mañana? - pregunté.

Dash se encogió de hombros y se frotó la nuca con nerviosismo.

-Estoy bien, supongo. Mis....amigos están empezando a darme miradas extrañas, como si supieran lo que está pasando, ¿sabes? -Levanté una ceja inquisitiva.

-¿Oh? ¿Qué tipo de miradas te están dando?

Dash miró por encima del hombro casi con miedo antes de volver a mirarme.

El aprendiz del Maestro del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora