El aprendiz del Maestro del Tiempo

EL REY DEMONIO

En un mundo caótico, donde las personas viven acostumbradas a la guerra por los constantes ataques entre los demonios y el mundo humano, Demian no es el único que decide luchar, pero es quien más sacrifica por esa decisión.

La vida lo pone al borde del precipicio, y él decide arriesgar todo, incluso su vida y su cordura para darle una oportunidad al mundo que ama. Pero el destino te lleva a lugares insospechados, y las oportunidades que se aprovechan son las que guían tu vida hacia buen puerto. Demian aprende esto de su maestro Caerus, el dios del tiempo y las oportunidades, quien quiere guiarlo para que sea un líder para el reino demoniaco.

Aydin ha visto todo lo que Demian ha pasado, ha luchado también para ayudarlo, pero estar con él es demasiado peligroso, es poner un blanco en su espalda. Así que ella debe de encontrar su propia fuerza, para no volverse una carga para él, y debe ser tener el coraje para seguir un camino similar al de él, pero con resultados potencialmente más peligrosos.

Así, Demian no solo debe dirigir y ganar una guerra, arriesgándose a un futuro peor que la muerte, sino que ahora debe luchar de una forma diferente, ganar aliados entre aquellos que una vez consideró enemigos y soportar una nueva guerra para la que no está preparado, mientras Aydin debe decidir si tiene el coraje para enfrentar sus propios miedos y desafiar todo lo que conoce para convertirse en alguien diferente, desafiar incluso a Demian para encontrar ese poder que necesita para ayudarlo.

Capítulo 2

4 años atrás

Mi madre estaba sentada en su escritorio leyendo los resultados de sus investigaciones. Vestía una bata de laboratorio y usaba lentes. Su cabello castaño y su piel acaramelada, lucía hermosa aún a su edad, yo había heredado muchos de sus rasgos. Ese día fui a su oficina porque papá de nuevo estaría fuera, y mamá no quería que estuviera solo en casa. En los últimos años el peligro se había vuelto constante, las barreras protectoras y los toques de queda ya no aseguraban nuestra seguridad, los demonios habían empezado a atacar constantemente.

Tal vez porque a los 16 años ya era más consciente del peligro del mundo o tal vez porque en mi infancia, aunque los adultos temían siempre a los demonios, realmente nunca habíamos sido atacados directamente por ellos. Algún destrozo menor, pero nada que pusiera en peligro a las personas; pero en los últimos meses me había acercado más a las investigaciones de mamá y a los entrenamientos de papá. Tambien quería hacer algo para ayudar al mundo a no sufrir por los demonios, quería convertirme en un cazador de demonios.

-¿cuánto tiempo estará fuera papá?- pregunté, rompiendo el silencio en el que habíamos estado durante la última hora.

-Probablemente una semana, las cosas han estado tensas en la estación, algo está ocurriendo en el Reino Demoniaco, probablemente será algo malo. -Dijo seriamente sin levantar la vista de sus documentos.

-¿Estas preocupada?

-Es su trabajo, y alguien tiene que hacerlo- un suspiro- Pero sí, todos los días ruego por no recibir malas noticias.

Eso me gustaba de mis padres, no me ocultaban nada por ser joven.

-¿En qué estás trabajando ahora?- dije, cambiando el tema porque ahora mamá lucia preocupada.

-Sangre de demonio. Estamos tratando de sintetizar sus compuestos para lograr una ligera mutación genética en cazadores entrenados para que logren desarrollar algunas de las habilidades de los demonios sin convertirse en uno, pero aun no logramos tener éxito.

-¿Por qué?-

Señaló hacia un espejo a un lado de la habitación. Me puse de pie para acercarme, sabiendo de qué se trataba. Presioné un botón en la pared y el cristal se aclaró, dejándome ver la habitación del otro lado.