23. División.

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- Estoy muy orgullosa de ustedes, chicos - dijo Nami, quién vestía una chaqueta con capucha de Brook para pasar desapercibida en medio de todas las personas que transitaban - es denigrante lo que sucede aquí.

- ¡Nami-swaaaan! ¿Estás tan orgullosa de mi que puedes amarme? - revoloteaba el rubio torpemente alrededor de la navegante.

- ¡Ten cuidado, Sanji! - gritó Usopp - recuerda que no eres el único con lentes. 

- Aunque quiera ver los panties de las señoritas, quiero que ellas me la muestren por voluntad propia. Yoho! 

- Pero - se aferró Chopper a la pierna de Robin para evitar toparse - ¿Por qué Luffy no tiene los lentes de Usopp?

- Porque a Luffy no le afecta nada el ver a una mujer desnuda, vió a la misma Hancock desnuda, y nada.

- ¡¿QUÉÉÉÉÉÉ?! - Sanji usó su haki de observación para ubicar a Luffy quién estaba tomado de la mano de Nami - ¡Oye Luffy! ¡¿Es eso cierto?! - no hubo respuesta - ¡Luffy! ¡¿Me estás escuchando?! 

- Luffy... - lo llamó Nami, pero seguía sin obtener respuesta - ¿Qué te pasa...? - sintió la mano del moreno pesada, debido a que apretaba con un poco más de fuerza su mano.

- Si (Tn)_________ está aquí, debemos sacarla rápido.

No había necesidad de ver, para saber que Luffy estaba furioso por todo lo que se percibía en el ambiente; cientos de hombres poderosos en cada una de las fuerzas gobernantes en el mundo yendo y viniendo de varios recintos de todos los niveles para satisfacer los más mundanos y bajos deseos. 

Era imposible como mujer, no incomodarse ante la imagen de mujeres, y hombre también, desnudos y semidesnudos, siendo jalados como los esclavos que habían presenciado en Sabaody; incluso algunos no tenían pudor para manosear el cuerpo de sus "mercancías" en plena calle. Por lo que la preocupación de Luffy no era en vano.

Todos rogaban internamente de que su nakama no estuviera ahí, pues  solo había que mirar alrededor para imaginar lo que podría estar sucediendole.

* * *

- ¿Por qué Roronoa? - agrandó sus ojitos ante él - mi mamá...

- Yo sé - peñizcó suavemente sus cachetes - pero sé que cuando ella regrese, estará de acuerdo conmigo en esto; ya que, yo cuidaré de ti siempre.

- ¿Siempre? - el espadachín asintió - ¿Cómo si fueras papi?

Zoro sintió que su corazón se saltó un latido.

- Si es lo que tú quieres - no pudo evitar soltar una sonrisa, de aquellas, que era difícil verle seguido en su rostro - serás poderosa - la alzó - lo llevas en ti.

- Voy a traer a mi mamá.

Antes de que Zoro pudiera preguntar a que se refería Urma con ello, el espadachín se fijo en como esos ojos verdes volvían a tornarse en ese rojo de antes. Hizo pesado su cuerpo con temor al efecto de pesadez que había sentido la vez anterior, pero esta vez, eso no sucedía.

- Urma... - quería decirle que parara, pero su intención fue detenida por la sensación de movimiento a su espalda.

Preparado para atacar a aquella presencia desconocida, de nuevo solo quedaron en intenciones cuando escuchó a la pequeña morena decir, "Mamá".

Al final, si tuvo que enderecer su cuerpo, pues sentía que sus rodillas le temblaban ante la imagen que se le aparecía en frente.

- (Tn)________... - no, no era ella. Y él lo sabía, pues si bien la imagen podía burlar a cualquiera de lejos; de cerca, te podías fijar que solo era una aparición creada por... su hija.

Mala (Zoro Rorona x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora