Necesaria advertencia:
Desconozco el tema de los síntomas de la abstinencia, y solo estoy tocándolo de manera un tanto superficial y con información encontrada en internet; por lo que si en algún momento alguno se topa con caso ajeno o propio, mejor consultar con un médico especialista.
Y creo que a estas alturas de la historia está de más decir que acá tocamos temas fuertes -en cada uno de mis fics, lo he hecho- por lo que si no te gusta este tipo de contenido. Por favor, no continuen, o vayan a leer mis One Shots que son más fáciles de digerir.
Les comento si necesitaré de un perfil secundario para salvaguardar mis historias, ya que me daría mucha pena el perder este.
Gracias.
---
— ¿Estás seguro que no despertará?
— El capitán dijo que el sedante era fuerte para una niña de su edad, así que supongo que no habrá problema, sigue ahí durmiendo.
La conversación se hacía un poco más clara en su mente, y de pronto la realidad se hacía presente en su persona, a la vez que su labio inferior temblaba por las ganas de llorar que aparecieron ni bien los recuerdos se alojaban en su pequeña cabeza.
"Mami", llamó en su cabeza, "mi mami me había encontrado".
Junto a ello, las palabras del hombre de cabellera verde que solo hacían que sus ojos quisieran abrirse para derramar aquellas lágrimas que empezaban a acumularse en sus párpados.
"Mi papi", sin evitarlo, una lágrima recorrió su suave mejilla, "Tenemos una familia, mami".
Solo que ahora sabía que no estaba con ellos.
Antes de perder la conciencia, ella había visto como su madre había sido derrumbada de una u otra forma, y antes de que el resto intentara llegar a ella, había desaparecido para encontrarse en un cuarto lleno de estampados de animales.
— El viaje dura cuatro días, no creo que ni un sedante dure esa cantidad de tiempo. Y sería malo no darle de comer a un niño.
— ¡No te ablandes con ella! Recuerda que es un arma —"¿Arma?" cuestionó para sí.
— Arma o no, es una niña. O por lo menos tiene apariencia de una, ¡Por un demonio, tengo una hija de su edad!
— Nos conviene que siga durmiendo, así no tendremos que pensar en qué hacer, así que calma.
El sonido de una puerta cerrándose, hace que sus ojos no aguanten más y empiece a llorar desconsoladamente.
— No, no por favor —la voz ajena hela su sangre, sin poder evitar que siga llorando— No, oye —siente unas manos grandes sacudirla levemente— Urma... Urma... ¿Me recuerdas?
La mención de su nombre, hizo que con sus manitos tratara de despejar las lágrimas de sus ojos. Un hombre grande y barbudo se alzaba a su costado generando temor en ella.
— ¿No te acuerdas de mí? —el gran hombre "oso" como decidió llamarlo, no dejaba de hacer movimientos con las manos para distraerla de su llanto— soy el tío Jean Bart, tu mamá y yo fuimos muy buenos amigos.
— ¿Mami?
— Sí, tu mami (Tn)__________ —un ruido del exterior atrajo la atención de ambos— escuchame Urma —decía mientras agarraba un pañuelo y limpiaba sus mejillas— tu mamá no demora en llegar, y yo cuidaré de ti, pero tienes que hacerme caso ¿Sí?
— Hambre —pronunció escondiendo su cara en las sábanas.
— Claro que sí —bajó la sábana de su rostro— pero tienes que quedarte así como te estoy acomodando, ¿Está bien? Tienes que hacerme caso en todo lo que te diga, Urma ¿Me entiendes?
ESTÁS LEYENDO
Mala (Zoro Rorona x Reader)
Fanfiction¿Te hace un error, una mala persona? Muchas veces creemos que la vida solo se puede dividir en dos colores: el blanco, y el negro; pero conforme van pasando los años y las experiencias, nos damos cuenta de la cantidad de grises en cada persona. Las...