Nota de la autora: Estoy frente a uno de los capítulos más largos que he escrito jamás, y no saben cuantos días me ha tomado escribir, pues estoy tratando de cerrar la idea principal que tenía cuando inicié esta historia.
Estoy muy nerviosa, ya que mi corazón está aquí. Espero lo disfruten.
Las amo.
- Ari.
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Sus brazos dolían debido al peso que cargaban, señal de lo desnutrida que estaba debido a su propia decisión. No sabía si estaba siendo cruel con su pequeña, pero era consciente de que era un mal necesario para salir de ahí.
Hacía semanas —no estaba muy segura de cuantas— que su estómago no probaba bocado alguno, y en consecuencia, su cuerpo había dejado de producir la cantidad de leche necesaria para amamantar a su niña. No porque los piratas del corazón no le dieran comida; sino porque ella misma había decidido no consumirla.
Y si bien le rompía el corazón el llanto de su pequeña pelinegra, había sido necesario para llegar a donde estaban ahora.
Su desnutrición, la falta de alimento para la pequeña y el constante llanto de esta última; obligaron al cirujano a tomar la decisión de desembarcar en una isla para poder conseguir sondas y conectarlas al cuerpo de la joven e inyectar los nutrientes directo a la vena. Implementos que se encontraban escasos debido a que Barba Negra hacía uso constante de los servicios de Law; ya que su tripulación era un caos total, que hasta en peleas internas, podían llegar a estar muy malheridos.
Lo que obligó a ambos barcos a buscar tierra para desembarcar y reponer recursos necesarios para mantenerlas a ambas vivas.
Quizás se habría arriesgado mucho al sacrificar a su pequeña con la hambruna, pero dicho riesgo había valido totalmente la pena al sentir la brisa nocturna en su rostro. Afianzó su agarre al pequeño cuerpo de su hija, y tras una pequeña plegaria para que ella siguiera dormida, se deslizó por la cubierta sujeta a una cuerda que había logrado amarrar en una de las barandas, hasta caer en una de las balsas de emergencia que recientemente habían sido usadas.
Un oleaje no natural se hizo presente debajo de ellas; cosa que alarmó a la madre, hasta que vio una cabeza salir del agua.
Ese era su fin.
Barbanegra movía su gran embarcación aprisionando reyes marinos, y uno de ellos, la estaba mirando fijamente a unos metros.
— Por favor —imploró más para sí, con la esperanza de que si hubiera un Dios, la escuchara— por favor.
No se había dado cuenta que en su miedo, estaba apretando fuertemente el cuerpo de su pequeña, quién emitió un pequeño llanto; haciendo que la criatura, que se encontraba avanzando lentamente se detuviera por un instante.
Sin embargo, al otro segundo retornaba su dirección hacia ellas.
Sintiéndose débil, sus rodillas cedieron ante el temor y esperando lo peor.
Mas nunca llegó fatalidad alguna, solo el brusco movimiento debajo de la balsa, que indicaba que se encontraban sobre aquel rey marino.
No sabía lo que aquello significaba, hasta que un gruñido por parte del animal, le dió indicación a que observara lo que se alojaba en su cuello; una cadena gruesa rodeaba el cuello del animal, y ella entendió que era lo que el monstro deseaba.
Solo que no sabía como liberarlo, y la poca adrenalina que le quedaba, se le estaba agotando.
Se quedó en blanco por un par de minutos tratando de pensar en medio de las lágrimas que volvían a invadir su vista.
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Mala (Zoro Rorona x Reader)
Fanfiction¿Te hace un error, una mala persona? Muchas veces creemos que la vida solo se puede dividir en dos colores: el blanco, y el negro; pero conforme van pasando los años y las experiencias, nos damos cuenta de la cantidad de grises en cada persona. Las...