Mala (Zoro Rorona x Reader)

33. Puntos de vista

El capítulo de hoy comienza en los sucesos anteriores a la boda, pero tras los puntos suspensivos ((...)), nos dirigimos a otro tiempo. Espero no confundirlas.

- Ari. 

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Cinco años antes.

— ¿No piensas hacer nada?

— No me serviría de nada, solo provocaría la separación de la tripulación —suspiró— además él terminó todo ello, no hace sentido informarlo.

— ¿Eres capaz de sacrificar tu felicidad por los sombreros de paja? No dejas de sorprenderme, Nico-ya.

— Él me hace feliz. Es lo que importa.

— Bien —se puso de pie y cogió su katana para pasar a retirarse, pero antes de ello— hay algo más —volteó un segundo— está esperando un hijo de él —soltó sin más, viendo como un temblor en la mano de la mujer se hacía presente— no te preocupes, ella no lo quiere, me pidió ayuda para deshacerme del feto. Pero, tenía la duda de... si se podía hacer lo que te había consultado. 

— ¿Experimentarás con un bebé? —su voz sonaba entrecortada.

— No es un bebé, solo es un conjunto de células en formación. Según lo que hemos encontrado, podría funcionar.

— ¿Debido a la inocencia de un conjunto de células?

— Y a la fuerza de los genes de tu prometido. Lo siento —se disculpó al ver los ojos de la arqueóloga— conociendo a (Tn)________-ya y lo desesperada que está ahora, no va a querer estar en el barco después de su boda; a diferencia de Zoro, ella sí lo amaba.

— Pareciera que tuvieras una segunda intención en todo esto.

— Sería hipócrita de mi parte, negarlo. Y yo nunca he sido así contigo —pausó— te reclamabas por mucho tiempo sobre nosotros, pero a Roronoa-ya no le tembló el pene para embarazar a tu nakama. 

— ¡Cien Fleur!

— ¡Room!

— ¡Spank!

— ¡Shambles!

(...)

— ¡No juegues conmigo, Trafalgar! 

— No sabemos cómo es que ha escapado —susurraba en un intento de ocultar el quiebre en su voz.

— ¡Te dije que teníamos que encerrarla, y tú, maldito necio, te negaste por esas estupideces de la salud mental!

— ¡Se intentó suicidar dos veces, Teach! ¡Y no teníamos más de ese líquido probar en más personas al azahar para ver si cumplen la profecía!

El silencio se tiñó de oscuridad alrededor de ambos capitanes tras los gritos. Silencio interrumpido por la risa estruendosa de Barba Negra, que parecía ahogarse con esta, y solo confundía más al cirujano.

— ¿Me tomas por idiota, Trafalgar? —cesó su risa— ¿Qué crees que es lo que me mantiene aquí? ¿Mi total fe a mis aliados? No —se levantó de su asiento— sino, mira a sombrero de paja, confió en ti y terminaste no solo experimentando cruelmente con una de sus nakamas —sonrió con sorna— sino, además, acostándote con otra. 

Su respiración se aceleró. 

— No —siguió hablando— lo que me mantiene aquí, es siempre estar un paso adelante que los demás —rió— tráiganlo— ordenó a uno de sus hombres, quien inmediatamente abrió una puerta, en donde el segundo, a mando de Barba Negra, traía en sus hombros a un Bepo teñido de un color rojo.