Voces excitantes

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El señor Lee se apresuró a tomar la palabra -Jimin es hijo de un buen amigo mío de hace muchos años y nos complace con su visita ahora que vive en Corea después de una estancia larga en América. Por casualidad de la vida, conoció a tu hermano y al saber de quién se trataba, no dudamos en invitarle- 

Con estas palabras Jimin pudo darse cuenta que Taemin no estaba al tanto de nada sobre los motivos reales del por qué estaba él ahí o su anterior identidad. Se limitó a asentir hacia lo que Lee-nim había dicho para presentarlo ante su hijo menor. 

-Ah, muy bien, que bueno que no me perdí la cena hoy- coqueteó abiertamente ante lo que su hermano hizo un movimiento imperceptible o sin importancia para Jimin, pero que entre ellos parecía significar una clara advertencia hacia que se estaba pasando de la raya en algo. 

Todos tomaron asiento en el comedor rectangular de caoba, Lee padre en la cabecera y sus hijos a los lados como era su costumbre y Jimin fue invitado por Taemin a sentarse a su lado lo que lo puso un tanto incómodo. 

La cena transcurrió tranquila y hasta amena ya que habían abordado temas triviales o actuales, ya en ningún momento el pasado de Ji-seok fue abordado y el mencionado estaba agradecido por ello pues nunca le había sido grato recordar esos eventos y mucho menos estaría cómodo siendo el centro de atención a ese respecto. Después de algunas horas, una deliciosa cena y plática amena acompañados de risas Jimin se despidió. -¿Traes auto Jimin?- preguntó Taemin a lo que él negó diciendo que pediría un taxi -No, para nada, yo te llevo- ofreció el chico y aunque trató de evitarlo, acabó cediendo. 

El camino fue agradable, Taemin le había caído muy bien, era una persona alegre y de plática inagotable que le inspiraba confianza. Llegaron a su departamento y agradeció, pero antes de que saliera del auto, Lee habló. 

-Jimin ¿Me podrías dar tu teléfono? Quisiera seguir en contacto contigo- de verdad el chico lo había cautivado por su belleza desde el primer momento, pero también por su personalidad y deseaba seguir conociéndolo. Jimin asintió y le dio su número sin chistar. 

A los pocos minutos de haber cerrado la puerta de su departamento, un mensaje de un número desconocido entró.

"Fue un gusto haberte conocido, lo pasé muy bien contigo. Ojalá lo hagamos más seguido. Guarda mi número. Que pases una linda noche" 

 Añadió al menor de los Lee a sus contactos y se quedó pensando en lo agradable que sería si Jungkook le enviara un mensaje de buenas noches. 


*Aviso de puerquedad ahead*

-¿Qué estará haciendo Jungkook? ¿Ya estará bien? Quien sabe qué le sucedía, lo bueno es que después de comer pareció recuperar su ánimo habitual- ¿Por qué pensaba de repente en Jeon? ¿Acaso lo extrañaba? -Sí, lo extraño... No, seguramente lo que extraño es que me haga suyo, ah, Jungkook. La forma en que me toma, en que es salvaje pero al mismo tiempo protector... me encanta cómo me lo hace, es tan fuerte, tan viril. Y su miembro, tan grande... nunca nadie me había llenado así- Sus pensamientos comenzaron a divagar tanto que sin darse cuenta y sin proponérselo se fue desnudando y tocando. Fue al baño por el consolador y el pote de lubricante, necesitaba calmar sus ímpetus. 

Se preparó rápidamente, no necesitó mucho al aún estar reciente su última follada. Comenzó a adentrar el artefacto que había pegado a la cabecera de la cama. Sus paredes internas lo apretaron mientras se empalaba a sí mismo, pero necesitaba más, necesitaba de él o mínimo escuchar esa hermosa voz.  No supo cómo, pero acabó tomando su teléfono y le llamó. Al momento fue contestado -Hola... Jungkook...- saludó con dificultad debido a la excitación. 

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