Promesa final

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Los chicos abordaron el avión hacia Nueva York en primera clase. Sería un vuelo muy cómodo a pesar de las catorce largas horas que quedaban por la gran cantidad de amenidades y atención recibida al volar en esa clase. -Wow, Kang-nim de verdad se lució al enviarnos en primera- dijo Jimin mirando maravillado al igual que Jungkook los espaciosos asientos llenos de botones, controles, las amplias pantallas y paquete de amenidades de una marca ecológica de cuidado para la piel así como su hermoso pijama, pantuflas y antifaz. Disfrutaron también las delicias culinarias y el alcohol ilimitado así como las amplias camas donde durmieron plácidamente solo tocándose las manos -Me encanta poderte sentir así cerquita mío aún en el avión... Aunque me hubiera encantado entrar en el club de los treinta y tres mil pies- dijo el pelinegro quien de inmediato fue golpeado suavemente por la almohada de ochocientos hilos.

Al llegar al JFK fueron recibidos por el matrimonio Park. -Bienvenidos hijos- dijo la señora Park y Jungkook saludó haciendo una reverencia de noventa grados -Oh, vamos Junkook, no seas tan formal. Recuerda que desde hace más de dos años eres parte de esta familia y lo seguirás siendo- guiñó un ojo levemente ante lo que él enrojeció. El señor Park también saludó y abrazó a ambos jóvenes -Te has ganado nuestro aprecio a través de nuestro hijo y lo que hemos podido hablar en este tiempo así que actúa normal- el chico asintió robóticamente y Jimin solo veía extrañado la situación pero con una amplia sonrisa. 

Llegaron a la amplia casa, cenaron y conversaron un rato hasta que Jimin comenzó a bostezar -Ay, lo siento, es el Jet-lag y eso que dormimos muy bien en el avión- se disculpó. 

-Pueden ir a dormir chicos. La recámara está lista. Por supuesto tuvimos que cambiar la decoración ahora que son pareja y vendrían a visitar así que no estará como la dejaste- dijo mamá Park. ambos sonrieron, se disculparon y despidieron para subir al cuarto de Jimin. 

*Aviso de puerquedad rápida*

El mayor de ellos sacó de su maleta su pijama y se comenzó a desnudar -Voy a darme un baño. ¿Vienes?- el otro asintió e igual se llevó sus cosas para cambiarse. Se terminaron de deshacer de las ropas, se comenzaron a besar con ganas, esas ganas que traían acumuladas desde el día anterior que habían abordado el avión. Jimin subió una pierna en el lavamanos y Jungkook se puso de rodillas para chupar entre las piernas del ahora castaño, primero su miembro y luego su orificio sin dejar de masturbarse para aumentar la rigidez y ponerse el condón antes de introducirse en su novio que tuvo que acallar un grito de placer apretando sus labios al tiempo que los cubría con una de sus manos. 

-¿Está muy cerca la habitación de tus papás?- preguntó y recibió como respuesta un asentimiento y una mano señalando la pared de enfrente -Ya veo...- sonrió divertido y comenzó a dar estocadas mucho más fuertes y certeras que hacían al chico abrir sus ojos y hacer sonidos ahogados mientras lo veía con ojos de pistola por su travesura. -Oh, vamos amor, obviamente sabías que esto iba a suceder y por eso me invitaste. Eres un chico malo y te gusta jugar con fuego- dijo tan cerca de su oreja que sus labios la pudieron rozar haciendo que el poco vello de Jimin se erizara y ahora sí soltara un gemido pequeño. 

-Fue la costumbre. Después me vino a la mente que están al lado. Nunca he follado en casa- susurró y luego fue llevado a la regadera con Jungkook aún dentro de él. Abrió la llave del agua y volvió a sentir estocadas. Gimió un poco más aunque esperaba que el sonido del agua corriendo aplacara un poco estos otros sonidos obscenos. 

Jungkook lo besó en los hombros, el cuello, jugó un poco con su erección y al fin ambos se corrieron. Una vez que el menor se quitó el condón, ató y deshecho, se bañaron como era debido y fueron a la cama para descansar. 

*Fin de la puerquedad* 

A la mañana siguiente los chicos por poco y se ahogan con su desayuno al escuchar a la señora Park decir -Espero hayan podido descansar. Nosotros subimos, pero casi de inmediato volvimos abajo y preferimos esperar un momento más para poder regresar a la habitación- 

-No tenías que decir eso Hyo-Yeon- dijo el señor Park con algo de pena ajena y ambos chicos enrojecieron -Si, bueno... entonces los vemos en la noche muchachos la cena estará lista a las seis- 

La pareja fue a cerrar el trato con la empresa americana tal como había sido pactado. Era un negocio muy importante que les permitiría el ingreso al mercado occidental y estaban felices de haberlo logrado hacer. Tan pronto como estuvieron en una cafetería con Wi-Fi, llamaron a Kang-nim y le dieron la buena nueva -Es una estupenda noticia, chicos. Espero todo les siga yendo excelente, disfruten mucho lo que queda de su estancia en los Estados Unidos a reserva de que mañana los llame para felicitarlos- Jungkook asintió y Jimin se quedó confundido pero agradeció y colgaron. 

La noche llegó y ambos regresaron a la casa de los Park. Estaban sentados en la sala platicando y Hyo-Yeon dijo -Nada más que lleguen los invitados, procederemos a la cena- todos asintieron, pero nuevamente Jimin no tenía idea de qué hablaban. No tuvo que esperar mucho cuando tocaron el timbre y la señora del servicio fue a abrir la puerta y anunció -Mr. and Mrs. Jeon- 

Todos se pusieron de pie y los mencionados pasaron a la sala donde los padres de ambos fueron presentados -Hijito y Jimin querido, que gusto verlos- saludó la señora Jeon. -Buenas tardes a ambos... es un gusto estar aquí- dijo el señor Jeon. 

-Que gusto verlos a ambos- saludó Jimin con sinceridad y al tomar asiento preguntó bajito al chico a su lado -¿Qué está pasando? ¿Por qué vinieron tus padres?- tenía los nervios a flor de piel y ya estaba imaginando cosas o eso pensaba él hasta que Jungkook suspiró, se puso de pie y se arrodilló ante él. 

Park abrió los ojos ¡Eso no estaba pasando! contuvo la respiración y escuchó estas palabras -Jimin ¿Te deseas casar conmigo?- un caja fue puesta frente a él y dentro de esta, una argolla plateada relucía. 

Podía sentir el corazón en la garganta y el silencio sepulcral que se había formado mientras todos esperaban su respuesta. Se puso en pie hiperventilando sin dejar de ver la argolla y tras unos segundos en los que Jungkook sufrió lo indecible, el chico asintió sin mayor expresión. Todos aplaudieron; los Park hasta pensaron que Jimin diría que no por todo el tiempo que había tardado en contestar. Jungkook tomó la mano de Jimin y colocó el anillo y al fin Park sonrió, se puso de pie y también le sonrió -Te prometo que te haré muy feliz- 

En cualquier otra ocasión, Jimin hubiera interrumpido antes de que acabara y dicho que no le gustaban las promesas, pero esta vez fue diferente, esta vez sabía que era de verdad, que aquel hombre estaba dispuesto a cumplir esas palabras -Sé que lo cumplirás y yo seguiré manteniendo mi promesa de estar a tu lado siempre- y diciendo esto y a pesar de los protocolos coreanos, ambos se fundieron en un abrazo y besaron sellando esas promesas que cumplirían hasta el final de sus días. 

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Y así mi gente, termina esta historia de amor, intrigas y promesas. Extrañaré escribirla igual que extrañé a Mi alma, pero ambas me han dado grandes satisfacciones y adoro ambas historias y personajes de las mismas. Ya vendrá otra historia que he estado pensando y que también será muy diferente. 

¿Desean epílogo? 





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