¿Qué hago?

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-Lo supe desde ese día que soñé con el niño, esos ojos eran los de Jungkook, siguen siendo los mismos- y no solamente él lo había dicho sino varias personas -No quería reconocerlo... aún me cuesta hacerlo, pero todas las pruebas están ahí- suspiró. 

Jungkook estaba en la cama soñando o más bien recordando. Siguió caminando sin rumbo, asustado y hambriento, totalmente sucio y llorando hasta que una señora, que iba en un auto lo vio y se orilló para bajar por él -Tranquilo, no tengas miedo pequeño. Te ayudaré ¿Te perdiste?- el niño asintió -¿Sabes dónde está tu casa?-  negó moviendo su cabeza -Me imagino, eres muy pequeño ¿Cuántos años tienes?- el niño levantó tres deditos -Ven, sube al auto. Vamos a mi departamento para que comas y te asees- y ambos subieron al vehículo. El chico despertó con lágrimas pero en paz, aquella señora le había inspirado mucha confianza, era la que lo había llevado con la señora Min. 

Al no ver a Jimin a su lado se limpió las lágrimas, puso en pie y salió del cuarto hacia la sala donde sabía que lo encontraría -¿Qué sucede? ¿Por qué no puedes dormir?- creía que el chico estaba desarrollando alguna especie de insomnio, ya se le estaba haciendo costumbre el dormir mal. 

Jimin lo volteó a ver con sus ojos llorosos -¿Me amas en verdad?- una opresión viajó desde su estómago a su garganta al pronunciar esas palabras. 

-Por supuesto que te amo- dijo inmediatamente y se fue a sentar junto a él -¿Tienes dudas? ¿No te lo he demostrado lo suficiente?- 

El chico lo abrazó fuertemente y se puso a llorar con pesar empapando el torso de Jungkook quien seguía sin comprender el por qué de esa reacción y su pregunta. Le abrazó también sintiendo cómo el delgado cuerpo temblaba -¿Amor qué pasa?- 

Jimin se separó y lo vio a los ojos con lágrimas aún brotando incontrolablemente -Yo también te amo- temía demasiado qué pasaría cuando se enterara de la verdad -Nunca había amado a nadie. Tengo miedo pues siento que te perderé muy pronto-

-No me perderás. Ya te dije que yo también quiero tenerte conmigo siempre. Me haces muy feliz- lo besó y poco a poco Jimin fue sintiéndose más sereno. 

-¿Recordaste más cosas?- preguntó para desviar el tema pero también con curiosidad verdadera. 

-Sí, ya vi a la señora que me llevó al orfanato, se ve que es una buena persona. Tiene una mirada dulce, es bonita y joven. Me inspiró mucha confianza- explicó aún teniéndolo entre sus brazos-Vamos a la cama nuevamente, necesitas dormir Jimin, no puedes estar en vela toda la noche- 

Ambos se pusieron en pie y fueron a la habitación donde gracias a los mimos de Jungkook, Jimin pudo conciliar el sueño al fin, aunque no por mucho rato pues en tres horas sonó su alarma para comenzar a arreglarse para el trabajo. 

Al llegar a su piso, se separaron, entrando cada quién a su propia oficina. Después de tres horas de estar trabajando y de darle vueltas a otro asunto, llamó a Jisso por el teléfono. - Jisso-ssi, por favor no me pases llamadas ni permitas que nadie me interrumpa durante treinta minutos a menos que sea Kang-nim- 

-¿Ni siquiera el señor Jeon?- preguntó ella con duda y es que aunque no se lo habían confirmado, ya sabía que ambos tenían alguna relación. 

-No, ni siquiera él. Nadie- volvió a recalcar a lo que la otra confirmó haber comprendido totalmente la indicación -Gracias Jisso-ssi- colgó el teléfono o eso pensó, pues lo había dejado mal acomodado. 

-Park-nim, Park-nim, cuelgue- decía la chica desde su teléfono de diadema, pero su jefe no la escuchaba y ella sabía que tenía estrictas indicaciones de no molestar, así que se quedaría escuchando sin querer. 

Te prometo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora