Tiempo límite

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Se había dado cuenta que Jisso ahora sabía su secreto, o parte del mismo. Tal vez no era tan malo, pero no era algo que le gustaría que estuviera de boca en boca así que decidió que en lugar de llamarle, iría con ella personalmente y así hizo. Cruzó el pasillo donde estaban los demás del equipo y atravesó por una pequeña puertita de cristal que separaba los cubículos del escritorio de Kim. La chica al verlo supo de inmediato a qué iba y se puso en pie -Lo lamento mucho Park-nim. Puede estar seguro que no diré nada de lo escuchado- hizo una profunda reverencia. 

-Muchas gracias Jisso-ssi- la chica le había demostrado su lealtad varias veces, creía que podía confiar en ella -Es algo muy personal y delicado- Ella asintió -Ya puedes pasarme llamadas y todo con normalidad- 

Los días siguieron pasando, días en que Jimin y Jungkook habían estado llevando su rutina de novios yendo al gimnasio por las tardes, cenando juntos, follando incansablemente, quedándose juntos en el departamento del peligris el fin de semana, haciendo más estrecha su relación y mostrándose su amor. Al siguiente sábado, Jimin había tenido la idea de ir a bailar a Itaewon.

 -Vamos Jungkook-ah. Nunca he salido a enfiestar en Corea. Desde que llegué al único lugar que he ido es a ese bar en Hongdae contigo- se acercó a él y le acarició el rostro tratando de convencerlo pues el chico deseaba quedarse en casa -Anda... Pareces un abuelito aburrido- luego se puso a reír él solo -Ay no, que horror que me folle un viejito- 

Jungkook también comenzó a carcajearse -Está bien, vamos. Luego te tendré que demostrar lo que este viejito puede hacerte- 

Los chicos se arreglaron para la ocasión, quizá el pelinegro no tanto, pues no tenía tanta ropa por la cuál decidirse en su maleta, pero unos jeans negros, camisa y chamarra de piel del mismo color, hacían un buen outfit. Por su parte, Jimin le puso más énfasis a la producción con unos pantalones negros ajustados a sus perfectas piernas y glúteos, una camiseta de seda con cuello en v y sin mangas del mismo color, una mascada roja anudada al cuello, botines y un saco azul brillante con textura más un maquillaje con smokey eyes. 

-Te ves demasiado sexy Jimin-sii- dijo mientras se acercaba a apretarle el trasero -voy a tener que estar muy pendiente de que otros no volteen sus miradas hacia ti- 

Él sonrió -Que otros miren lo que quieran, yo solamente soy tuyo Jungkook- y dio un sediento beso que ambos tuvieron que separarse rápido para no comenzar con algo que no podrían terminar como era debido -Vámonos- 

Así ambos disfrutaron de la salida a un club gay, donde bailaron y tomaron bastante alcohol. Por supuesto, ambos despertaron miradas de otros; miradas que sobre todo iban hacia el más bajo, pero el pelinegro se había dedicado a no dejar dudas de que aquel chico venía acompañado y Jimin también lo hacía. De un momento a otro, estaba bailando sexymente frente a él restregándole el trasero en su entrepierna y luego se dio vuelta para besarlo apasionadamente juntando sus pelvis -Jungkook, regresemos, estoy desesperado porque me folles- 

*Su siempre bien recibido aviso de puerquedad* 

En el taxi no se dirigieron la palabra, solo se dedicaban miradas furtivas y Jimin colaba de vez en cuando su manita por los pantalones del otro quien abría los ojos, se mordía los labios o hacía algunos gestos tratando de controlar lo que esto le provocaba en su ya urgida erección y trataba infructuosamente de mantenerle quietas las manos a su lindo novio. 

Llegaron y Jeon pudo respirar tranquilo, pero ambos chicos tenían un problema allá abajo por lo que, a pesar del frío tuvieron que quitar su chamarra y saco respectivamente para cubrir aquellos bultos ya notorios en lo que cruzaban el vestíbulo a los elevadores. Entraron y el guardia notó cómo ni lo voltearon a ver y solamente hicieron unas reverencias rápidas mientras sostenían sus prendas en una posición estratégica y pasaban como rayo frente a él. Simplemente sonrió cuando ellos estuvieron fuera de su vista. 

Te prometo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora