La lluvia de la tormenta.
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Seque mi cuerpo con aquella toalla, para peinar mi cabello y dejarlo suelto. Salí del baño para notar que aún la noche yacía sobre nosotros. Se sentía larga, tan larga que me estremecía. Suspire hondo para colocarme una chaqueta, donde amarre mis correas para colocar cada una de mis armas. Asomándome por la ventana, notaba las calles vacías de la comunidad, tan vacías como el lado de mi cama que aún no estaba lleno. Salí de mi habitación, no podía dormir después de haber tomado una larga siesta durante el día, por ende me encontraba sumamente energética, aunque en mi corazón se sintiera el vacío por mi decisión sobre Carl, aún me faltaba algo por resolver. Abrí la puerta del cuarto de Caleb, él yacía dormido y con su sabana cubriéndole, mientras que en el suelo a su lado, envuelta en sábanas, Alanna se encontraba ahí con sus almohadas. Me aliviaba saber que había criado a mis hijos de una manera que los hacía sentir que ellos, se necesitaban al punto de darse seguridad y confianza él uno al otro, así como mis hermanos y yo al principio, antes de que este desastre nos separara.
Baje las escaleras con prisa, deteniéndome en seco cuando visualicé como en el sofá yacía Judith dormida. Me acerque. La veía con detenimiento, pues Judith en su también empezaba a crecer y por alguna razón, eso me entristecía. Inclinada ante ella, bese suavemente su frente para levantar la sábana doblada en el otro sofá y lanzársela de manera sutil en su cuerpo. Judith fue una pieza esencial para mi crecimiento como madre. Aunque quizás pasara menos tiempo con ella, Judith llegó algún punto que se convirtió como si fuese una hija para mi. Saliendo de mi casa, note la brisa fresca que me hizo sentir un ambiente tenso y pesado. Detenida en seco, veía las calles vacías, pero no se sentía como si lo estuvieran. Parecía ser más que me veían desde diferentes puntos, al nivel de que mi respiración se agitó haciéndome apretar mi arma con fuerza, la cual estaba escondida en mi estuche. Continué caminando con la cabeza en alto hasta llegar a ver la torre alta donde solíamos postularnos para vigilar en varios turnos rotativos. En el pude ver a Ethan de espalda, sosteniendo una arma bastante grande y alargada.
—¿No piensas ir a casa?—le pregunté en cuanto subí las escaleras, dándome la espalda, Ethan me miró de reojo.—Debes descansar. Yo me quedo.—indique para intentar buscar su mirada.
—Estoy bien aquí.—respondió, sin mirarme mientras sostenía su arma.—Ve a casa. Cuida a los niños.—pidió sutilmente.
—Ethan, ¿podemos hablar?—le pregunté, tocando su hombro para que me mirase.
—No hay nada de que hablar, Aliana.—expresó, pero no molesto, no se oía molesto, estaba sutil.
—¿Por qué no?—cuestione, de manera instante para intentar suavizar la tensión en mis hombros.
—Lo lamento. Soy yo quien debe hablar y disculparse.—se disculpó, girándose para verme.—Se que es difícil acoplarte al hecho que una persona que amaste ha vuelto. Y, puedo notar lo mucho que te has esforzado por hacerlo.—decía, por lo cual le mire detenidamente.—Cuando perdí a Caroline, lo único que desee por años fue tenerla, juraba a quien fuera que me escuchara que si la traía de vuelta, la amaría más de lo que ya hacía, pero en cambio, el camino me llevó hasta ti y aunque eso quizás no me devuelva a la persona que ame primero, Aliana créeme que me has hecho volver a creer qué hay esperanza y es por eso que temo el perderte también.—sus ojos se humedecieron, haciéndome sentir una presión.—No te pediré o rogare que te quedes conmigo, no lo haré.—recito, para así dejar sus lágrimas caer.—Pero, necesito saber ahora, ¿qué es lo que quieres?—me preguntó.
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𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐨𝐦𝐨𝐬── 𝐀𝐥𝐢𝐚𝐧𝐚 𝐆𝐫𝐢𝐦𝐞𝐬 4
Fanfiction𝐋𝐎 𝐐𝐔𝐄 𝐒𝐎𝐌𝐎𝐒─── ❝𝐋𝐨 𝐡𝐚𝐧 𝐩𝐞𝐫𝐝𝐢𝐝𝐨 𝐭𝐨𝐝𝐨, ¿pero de que será capaz cuando vayan a perderlo todo nuevamente?❞ 𝐓𝐡𝐞 𝐋𝐨𝐯𝐞 𝐁𝐞𝐡𝐢𝐧𝐝 𝐖𝐚𝐫 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐜𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨. ➫ᴄʀᴇ́ᴅɪᴛᴏs ᴀ ʀᴏʙᴇʀᴛ ᴋɪʀᴋᴍᴀɴ. ➫ɴᴏ sᴇ ᴀᴄᴇᴘᴛᴀɴ ᴘʟᴀɢɪᴏs ɴɪ ᴀᴅ...