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Cuando el sol deje de brillar

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Cuando el sol deje de brillar.

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Mis manos acariciaban el cabello de mi hijo. Él yacía sentado en el césped verdosos y fangoso junto a mi, estaba sereno y en silencio, con su hermana aún lado suyo. Veíamos el lago, como también a su madre sentada frente a el y cabizbaja. Ella estaba lejos de nosotros, debatía su dolor de una manera que no podía entender. Levante mi mirada para ver cómo Alessandra llego entre los árboles del bosque para ver la amplia vista. Sus ojos estaban achicados en la tristeza, la tristeza que posiblemente ella podría entender. También se mantuvo en silencio sin decir nada y se sentó, se sentó a mi lado para mirarme e intentar sonreírme, pero sus lágrimas se escaparon para ella extender su mano y acariciar el cabello de su nieto, quien tenía su mirada fija al lago. Todos los que me conocían, todos esos que me vieron crecer y a mis hijos también estaban ahí, despegados y en silencio, como si mostraran un tipo de respeto. Los ojos de mi hijo levantaron la vista para mirarme, él tenia aquel sombrero de alguacil entre medio de sus piernas. Aquel que Judith veía con recelo y tristeza desde el otro lado, sentada con RJ, quien tenía su cabeza en la falda de Michonne.

—Papá, ¿a donde crees que iré?—miré a Caleb, él me miró con curiosidad, mientras que de fondo veía como Connor hablaba inclinado ante Ethan quien parecía debatir también su duelo.

—Ya es hora.—oí a Daryl, él venía agarrado de la mano con Noah, repletos aún de sangre seca que se había ido desvaneciendo con la leve llovizna.—Ya es hora... —repitió de manera sentido, me levante del suelo para acercarme a él.—La llevaré a salvo hacia Hilltop, allá nos encontraremos cuando...

—Gracias, Daryl.—fue lo que expresé interrumpiéndole, él asintió para así incitar a Noah a que caminara hacia Caleb quien estaba parado mientras que Alessandra besaba su mejilla.

—¿Tú no vas a venir?—le preguntó Noah, por lo cual Caleb negó, para así estrechar su mano.

—No te preocupes, ahora tú las cuidarás.—indicó, Noah acepto la mano sonriendo de manera inocente, tenía un destello, un destello reflejado al de Natasha.

—Carl.—me giré para observar a Stephanie, sus ojos esmeraldas me vieron entristecida, ella se acercó a mi y me abrazó fuertemente.—Lo lamento... lo lamento.—repitió, dándome una sensación amarga cuando vi a Sarah atrás de ella, junto a Sammy quien lloraba.

—¿Puedo decirle adiós?—se preguntó Sammy, asentí para incitarla a caminar, viendo a Sarah con sus ojos humedecidos y cabizbaja, no me miraba, por alguna razón ella no me miraba.—Caleb.—Sammy lo llamo, parándose frente a él.—Gracias por empujar a ese caminante por mi.—agradeció llorando.

—No hay de que.—se encogió de hombros Caleb, sonriendo de lado, sintiéndose orgulloso.

—Vamos Sammy, hay que irnos.—indicó Sarah, alentando a que la pequeña se fuera hacia ella, Sammy besó repentinamente los labios de Caleb, de una manera asombrada vi como un momento tan opaco, trajo luz para aquel niño quien sonrió pasmado, rozando sus labios con las yemas de sus dedos.

𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐨𝐦𝐨𝐬── 𝐀𝐥𝐢𝐚𝐧𝐚 𝐆𝐫𝐢𝐦𝐞𝐬 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora