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Por mis hijos.

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Aliana Johnson

Me miraba fijamente en aquel espejo, miraba mi semblante y veía todo a mi alrededor, examinando cada parte de esta habitación. Miraba mis ojeras, mis labios rotos y el cansancio que provocaba mi tristeza. La soledad y el vacío de estar lejos de casa me consumía, me mataba. Me sentía en un universo paralelo, deseando no haber perdido a mi mejor amigo de toda la vida, deseando no haber perdido a Jayden. Cada vez que despertaba, veía el día en que dio su vida por mantener la mía en pie, en como su último suspiro fue dedicado a mi. Me miraba al espejo y veía a una cobarde que no hizo lo posible por mantenerlo con vida, como él lo hizo conmigo o con mis hijos. Me mantuve sentada el borde de esa cama, mientras que transmitía a mi reflejo lo que sentía y como debía reparar el daño que estaba teniendo mi alma. Me miraba, y veía fijamente la niña de años atrás, me veía en mi momento de debilidad más grande y fue cuando perdí a Carl Grimes. Me veía en una nube, perdida en mi dolor y sin desear continuar pero habían cambiado dos cosas en estos años.

Una de ellas es que tengo dos motivos para continuar y la más dolorosa, que Carl Grimes respira el mismo aire que yo. Cerré mis ojos, intentando de adentrarme al sentimiento de impotencia que estaba sintiendo respecto a él. Abrí mis ojos, mirando como las lágrimas se desprendían por mis mejillas y me quedaba aturdida pensando en cada sentimiento devastador que sentí el día en que lo perdí. No podía describir como me sentí el día que volví a cruzar una mirada con ese azulado ojo, ver sus facciones masculinas más desarrolladas, una voz más gruesa. Tenía un parecido con Rick pero no tanto, podía desear haber conocido a quien fue su madre porque quizás Carl a quien se parecía realmente era a ella. Pensar en él me llenaba el cuerpo de escalofríos, hacía que mis manos temblaran ante la irrealidad de tenerlo vivo, respirando aire y teniendo sangre recorriendo sus venas. Me levante de aquella cama, dejando de mirarme en aquel espejo para así caminar en pasos lentos hacia el pasillo de afuera de aquella habitación.

Sentía que me encontraba en una burbuja, en donde mis pensamientos no eran claros y no podía aferrarme a ciertas cosas, empezando por la muerte de Jayden y concluyendo con la supervivencia de Carl. Respire hondo, bajando con cuidado los escalones y sintiendo un gran silencio arropar la primera planta. Aunque me detuve con cuidado en las escaleras, y más cuando pude ver un cuadro de fotografía. Visualice como aquella mujer sonreía para la cámara y como a su lado se encontraba ella, mi tía Emily. Quede como estatua ante presenciar la foto, una foto algo dañada debido al paso de los años. Ver aquella mujer en esa fotografía me dio un sentimiento de melancolía, mi tía fue mi salvación durante mis primeros años de vida y no tenerla aún dolía, aunque no lo expresara. Acaricie la foto, sus ojos eran azulados, tenía pecas al igual que yo y Nathan, al igual que la mujer a su lado; su hermana Alessandra, mi madre. Baje los escalones con cuidado, dejando aquella fotografía atrás para ver la viva imagen de aquella mujer en la fotografía, sentada en una silla y teniendo en manos una taza de café, absorbiéndola mientras que se percató de mi presencia.

—¿Cuanto tiempo permanecerás aquí?—me preguntó ella, y no de una mala forma, ella estaba curiosa en saber por qué no había tomado acciones en marcharme.

—No puedo volver, no aún.—le respondí cortante, quedándome aislada de ella y cruzándome de brazos.—Si vuelvo pondré en riesgo en muchas cosas, debo mantenerme bajo perfil hasta que pasen los días y Alfa ya no me recuerde.—añadí a mi comentario, viendo como ella asentía.

—¿No crees que tu grupo sea capaz de hacer algo arriesgado?—pregunto curiosa, me acerque a ella para tomar asiento en la silla a su lado.

𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐨𝐦𝐨𝐬── 𝐀𝐥𝐢𝐚𝐧𝐚 𝐆𝐫𝐢𝐦𝐞𝐬 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora