Las cosas están cambiando.
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Abrí mis ojos, sintiendo la pesadez de mis párpados por la iluminación que entraba de la cortina abierta. Me removí incómoda, para así visualizar como a mi lado, Ethan yacía durmiendo con su torso desnudo. Suspire, estirándome y así, levantándome de la cama. Aún lado de donde él dormía, pude notar las armas recostadas de la mesa de noche y sus botas de montañas desajustadas. Debió haber llegado tarde de la guardia nocturna, lo sé, porque estaba durmiendo tan profundo, que escuchaba sus leves ronquidos. Su cabello estaba removido, así que sutilmente deje la ventana media abierta y cerré la cortina para que se adentrara ventilación, a pesar de que esta casa era muy amplia, los días empezaban a sentirse calurosos. Me adentré al baño, restregué mi rostro y prendí el grifo, había mucho silencio, a pesar de que tenía la puerta abierta para tutelar a los niños, cuando salí para secarme, pude notar más lo callado que estaban los pasillos. Respire hondo y me vestí, coloqué mis mahonés y una camiseta junto a unas botas de montaña, recogí el arma que yacía aún lado de mi mesa de noche, viendo que estuviera cargada. Mire detenidamente a Ethan, lleve mi mano hasta su cabello negro azabache para acariciarlo, él no se movió, estaba dormido.
—Descansa, mi amor.—musité, saliendo de mi habitación para dejar la puerta media abierta.—¿Niños?—los llame en cuanto me paré en seco, pero no oí sus respuestas y eso me hizo mirar con recelo sus habitaciones vacías, para bajar rápidamente las escaleras.—Alanna, Caleb.—un hueco vacío se escuchaba, haciéndome salir por la puerta y mirar por el balcón, como mis hijos estaban al otro lado de la calle, corriendo junto a Noah y la pequeña rubia, Sammy.—Mierda.—esbocé, en una bocanada de aire cuando noté lo agitada que estaba.—¡Alanna, Caleb!—los llame en un tono alto, haciéndoles notar mi presencia, para así ver cómo del banco, se levantaba aquella mujer, quien me miró detenidamente.
—¡Mamá!—me llamaron, acercándose a mi con emoción, pero mi rostro de seriedad opaco inconsciente sus genuinas inocencias.
—¿Por qué no me despertaron que saldrían?—les cuestionen un tono bajo, viéndoles.—Las cosas están cambiando aquí, lo saben.—indique, firme.
—¿Todo en orden?—levante la mirada, visualizando cómo Sarah me miró, curiosa.—Ellos estaban afuera en el balcón, así que los invité a desayunar y jugar con Sam. ¿Está bien?—me preguntó, mientras que mantuve mi cercanía con ella, de una manera intimidante.
—No vuelvas a llevártelos sin mi autorización. ¿Quedó claro?—le pregunté en un tono bajo, notando su incomodidad ante mi petición.
—Si, lo lamento. Pensé que podrían jugar con Sam. No volverá a suceder.—afirmó, relajándome, para así ver cómo la pequeña rubia con dos cometas se acercaba curiosa.
—Vayan a la casa, hay que hablar unas cosas.—musité a mis hijos, quienes refutaron por lo bajo.—Sam, podrías pasar más tarde. Si tú mamá te autoriza. ¿Está bien?—le dije, viéndola sonreír.
—Si, ¡claro! Hasta luego.—ella levantó su mano, sacudiéndola en forma de despedida mientras que Sarah se acercaba a ella, aislándola.
—Mamá, ¿pero por qué?—me preguntó Alanna mientras caminaba.—Solo estábamos jugando.—detalló, pero me mantuve seria y callada.
—No me cuestiones. Solo sigue instrucciones.—le pedí sutilmente, esperando que pudiera entender que mi preocupación era por seguridad, aún no me sentía segura, a pesar de estar en casa.
—Espera, ahí está papá.—Caleb detuvo su andar, girándose en seco y no pude evitar sentir una presión en mi pecho cuando se refirió a Carl de esa manera, él quien venía acercándose a nosotros.
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𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐨𝐦𝐨𝐬── 𝐀𝐥𝐢𝐚𝐧𝐚 𝐆𝐫𝐢𝐦𝐞𝐬 4
Fanfic𝐋𝐎 𝐐𝐔𝐄 𝐒𝐎𝐌𝐎𝐒─── ❝𝐋𝐨 𝐡𝐚𝐧 𝐩𝐞𝐫𝐝𝐢𝐝𝐨 𝐭𝐨𝐝𝐨, ¿pero de que será capaz cuando vayan a perderlo todo nuevamente?❞ 𝐓𝐡𝐞 𝐋𝐨𝐯𝐞 𝐁𝐞𝐡𝐢𝐧𝐝 𝐖𝐚𝐫 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐜𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨. ➫ᴄʀᴇ́ᴅɪᴛᴏs ᴀ ʀᴏʙᴇʀᴛ ᴋɪʀᴋᴍᴀɴ. ➫ɴᴏ sᴇ ᴀᴄᴇᴘᴛᴀɴ ᴘʟᴀɢɪᴏs ɴɪ ᴀᴅ...