11

988 71 24
                                    

Tan lejos pero tan cerca.

───

Carl Grimes

Por instinto me levanté de aquel colchón en el suelo, viendo que aún no era capaz de amanecer. Mire a mi alrededor, todos yacían dormidos. Se escuchaban las respiraciones de cada uno de ellos, los ronquidos debido al cansancio y veía como con incomodidad dormían en el suelo. Con cuidado pase entre ellos, entre sus cosas. Sentía el ambiente pesado, lo sentía tenso. La puerta principal de aquella cabaña estaba siendo estancada por otro sofá, en donde Aliana dormía plácidamente con su arma en brazos. La oscuridad no me dejaba verla bien, solo la luna que entraba por la ventana era capaz de darme la iluminación para distinguirla. Veía su boca entre abierta, soltando suspiros y como sus ojos estaban completamente cerrados. Me acercaba con cuidado, arqueando mis rodillas para doblarme frente a ella y visualizarla dormir. Su cabello estaba sujetado a una coleta mal hecha, mientras que sus flequillos recorrían todo su rostro. Su pecho subía y bajaba, no podía dejar de mirarla. A veces no podía aferrarme a la idea de que estábamos en esta realidad, tenerla nuevamente se sentía un sueño y es que cuando pensé que la había perdido entre todas las personas que amaba, me había perdido a mi mismo por completo.

Mis dedos acariciaron sus mejillas, sintiendo su piel. Ella era toda una mujer y me quemaba el alma saber que su vida realmente no se detuvo, el tiempo no se pausó para nosotros y ahora vivíamos aferrado a los recuerdos pues hace mucho nos dejamos de pertenecer, y eso más que nada me quemaba vivo. Mi alma se revolcaba, sabía que cruzaba límites que no debía cruzar y es que no podía evitarlo, no podía evitar acércame a ella. Es que con tan solo escuchar su voz me erizaba la piel, no quería imaginarme cuando conociera por fin lo que él fruto de nuestro amor creo, nuestros hijos. Con cuidado me distancié al ver como ella se removía pero no me había aislado por eso, si no por el ruido de unas hojas secas ser pisadas a las afueras. Me levante, mirando la ventana y la oscuridad de afuera de los bosques, no sin antes observar cómo Aliana abría sus ojos con pesadez y llevaba su mirada fijamente a mi. La miré tenso, haciéndole una señal de silencio, viendo como ella fue quien se tenso ante el gran silencio que se formó. Ella se intentó levantar del sofá, pero con brusquedad la empuje pues claramente vi la figura de una persona a las afueras.

—Hay alguien... —susurre en su oído, sintiendo como ella llevó sus manos a mis brazos, estaba tensa y asustada, reconocía esos gestos. Aliana se quedó aún lado de mi, mientras que gire mi mirada observando cómo Alessandra se había levantado y en cuclillas se encontraba, con su arma en manos.—Nos encontraron... —volví a decir en un tono bajo, señalando a las afueras de la ventana viendo como ella asentía, doblándose y tocando los cuerpos de los demás.

—¿Qué haremos?—me preguntó Aliana, bajándose en cuclillas conmigo, quedando frente a frente mientras giramos nuestra vista a los demás, quienes tensos se levantaron ante el ruido de la ventana romperse, adentrando una tipo de metal, aunque hicimos bastante silencio, fingiendo que no estábamos.

—Debemos irnos bajo tierra, nos debieron de haber acorralado ya... —veía a las chicas frente a mi temblorosas, veía como Sammy apretaba a su mamá mientras que Stephanie se acercaba a mi, esto al ver como salía un tipo de humo de aquella botella.—Hay un sótano.—indicó, levantándose de manera brusca y indicando que la siguiéramos mientras que cogíamos nuestras cosas y olíamos aquel olor, sintiéndome mareado.

—Cubran sus respiraciones.—indiqué al sentirme abrumado por este olor pero el estruendoso ruido del cuerpo de Aliana caer en el suelo de madera, había alertado a la gente de afuera que estábamos aquí, fue ahí cuando me tensé.—Mierda.—mascullé al escuchar silbidos de afuera y con ayuda de Stephanie, levantamos el cuerpo de Aliana, quien mareada y desmayada por el olor del gas, se había quedado sin fuerzas.

𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐨𝐦𝐨𝐬── 𝐀𝐥𝐢𝐚𝐧𝐚 𝐆𝐫𝐢𝐦𝐞𝐬 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora