Lunes/11/Enero/2021.
Hoy fue un día muy distinto, hoy la alarma no se acordó de mí, porque fui yo la que olvidé ponerla. Abrí el ventanal y salí al balcón. Era muy temprano, para ser exacta las 6:56 am. Estar de nueva cuenta en el infierno llamado hogar con la misma dolorosa rutina era tan agobiante.
Era el fin de las vacaciones, iniciaba de nueva cuenta en la misma rutina, y lo agradecía enormemente porque no quería estar en mi casa. Lo único bueno de todo esto fue que Angelina y yo creamos un vínculo muy fuerte que era muy difícil que alguien pudiera romper.
Me senté ahí a observar lo que pasaba frente a mis ojos. Que no era nada interesante, ni siquiera pasaba nadie. La zona donde vivía era un lugar solitario donde reinaba la paz, curiosamente yo no tenía esa paz, árboles rodeaban el terreno donde vivía y eso me encantaba.
—¿Qué haces Angélica?—la había despertado al hacer ruido con el abrir de la ventana, no había entendido el no que le había dado, cuando la llevé a su habitación no tardó mucho para que volviera a la mía, cuando ya me estaba quedando dormida me abrazó sorpresivamente por detrás pasando sus manos por mi cintura y sintiendo su respiración en mi espalda.
—Estoy viendo el tiempo transcurrir—respondí de manera poética.
—¿Estás desperdiciando el tiempo viendo a este pasar?—se acomodó el cabello y terminó sentada en la cama achicando sus ojos por la luz que se estaba infiltrando.
—Algunas ocasiones eres tan... tan rara—fruncí mis cejas recordando que me había dicho que ella quería hacer lo mismo que yo.
—Eso estás haciendo, desperdiciando el tiempo, cuando podrías estar haciendo algo de provecho, como para tu futuro por ejemplo—se sentó a mi lado para hacerme compañía, me miraba como si fuera la persona más maravillosa que había visto en su vida.
—Mi futuro no existe, Angelina—vi como los pájaros volaban por los aires y como siempre, yo quería ser ellos, quería su libertad.
—Todos lo tenemos Angélica, estás perdiendo tiempo valioso que nunca más podrás regresar—contradijo mirando en la misma dirección que yo.
—¿Y para qué querría regresarlo si lo único que quiero es que transcurra rápido?—la miré fugazmente.
—Ten cuidado con lo que dices, puedes arrepentirte de lo que estás diciendo—advirtió.—¿Qué quieres ser de grande?
—Es algo que siempre he dicho, cuando sea grande quiero ser feliz...—contesté soltando un suspiro.
—Ya lo habíamos hablado, supongo que quieres tener una carrera universitaria, es a eso a lo que me refiero...—comentó con rapidez.
—No me importa, yo solo quiero ser feliz—la interrumpí.—Tú también estás perdiendo el tiempo, ¿podrías hacer otra cosa más interesante? Como pensar en tu futuro, tú que si tienes uno—me detuve a mirarla más de cerca, no sé qué estaba haciendo conmigo.
Claro que amaba su presencia, la forma en la que me hacía sentir cuando ella estaba a mi lado, pero no quería que hiciera exactamente lo mismo que yo, no quería que pasara el tiempo conmigo porque sabía que eso conllevaba violencia por parte de mis padres. Quería que ella hiciera sus actividades como antes de mí lo hacía, que siguiera el mismo patrón que tenía antes, aquella imagen de mí siendo utilizada como algo que nunca debía ser.
—Mi futuro ya está escrito, no tengo que trabajar en el—se juntó más a mí.—Estar contigo es más interesante que cualquier cosa.
—¡Angelina, ven acá!—escuché los gritos de mi madre por toda la casa.—Angelina, ¿qué estás haciendo?—accedió a mi habitación y nos encontró juntas, su rostro se vio iluminado ple todo el temor que sentía al verla junto a mí, como si nunca por mi mente haya pasado la idea de hacerle daño.
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Balas Perdidas ¿Alguien me amará? (Nueva Versión)
Novela JuvenilLa mayoría de los seres humanos saben lo que es sufrir por amor, pero, ¿alguna vez has sufrido porque tus padres no te quieren? ¿Has sentido ese desprecio y que el resto de las personas que te rodean crean que es culpa tuya? -¿Alguien me amará?-pre...