Vuelta a ti

5

Era miércoles por la tarde y hoy se reunían los chicos de HellFire para su partida. Jackie le había prometido a Eddie que iría, aunque fuera solamente a mirar. Pero antes tenía que ir a su visita con la consejera.

- Señorita Kelly – le avisó Jackie entrando en su despacho.

- Jackie, pasa y toma asiento – le ofreció ella.

- Gracias.

- Bueno, me alegro verte bien después del otro día. Peri dime tú, ¿cómo te sentiste?

- Me molestó – explicó Jackie con sinceridad -. Siento como si con ese dinero quisieran comprarme o compadecerme. Y no quiero nada de eso. Se lo conté a Eddie y opinó lo mismo.

- Hablemos de eso – dijo la señorita Kelly cambiando de tema.

- ¿De Eddie? – preguntó Jackie con sorpresa.

- Sí. ¿Qué tal va con él?

- Bien, supongo – contestó cohibida.

- Jackie, no sientas que esto es algo malo, al contrario. Es bueno que te hayas abierto a alguien de esa manera. Esta pregunta sé que te resulta incómoda, pero recuerda que estamos en un espacio seguro. Todo lo que hablamos aquí es para que tú te sientas bien. Dime, ¿Eddie y tú habéis pasado a una relación física?

Jackie se puso nerviosa e iba a retorcerse los dedos, pero sintió el anillo que le había regalada Eddie y comenzó a girarlo calmándose un poco.

- Sí – contestó en un hilo de voz, con la cara y las orejas rojas.

- Bien, bien – la felicitó -. ¿Y cómo te sentiste?

- Muy bien. Sentía nervios al principio, pero no por miedo. Me sentí muy bien. Eddie siempre me pregunta que es lo que quiero hacer y lo que no, y hablamos.

- Genial, Jackie – dijo la señorita Kelly sinceramente contenta por ella -. Como parte del cuerpo docente no debería decirte esto, pero es muy bueno que hayas dado ese paso. Eso demuestra lo que has avanzado. Pero recuerda que también tienes que ser precavida y no querer lanzarte de cabeza. Vienes de una dura experiencia y hay que ir paulatinamente.

- Lo sé.

- Bien. Y en cuanto a tus arrebatos, ¿ha habido algún incidente reciente?

- No especialmente.

- Por esta vez omitiré que me estás mintiendo.

- No han sido grandes arrebatos – se excusó Jackie -, solo pequeños cabreos justificados.

- Jackie, amenazar a un agente de policía o romperle la nariz a alguien, no son pequeños cabreos. Tienes que controlarte más. Sé que es difícil, pero hay que intentarlo. Recuerda lo que hemos practicado, respirar y centrarse. Aparte de eso, ¿tienes algo más que contarme? – Jackie negó con la cabeza – Pues si quieres, lo podemos dejar por hoy. Nos vemos la semana que viene.

- Ok, nos vemos.

Cuando Jackie salió del despacho, se encontró con Chrissy, la animadora que conoció en la fiesta, que esperaba para entrar.

- Hola – la saludó.

- ¡Ay, hola! – se sorprendió Chrissy – Que coincidencia.

- Pues sí.

- Oye, gracias por lo que me diste. Me ayudó. Muchas gracias.

- De nada. Si necesitas dilo.