<Tengo frío y todo me duele.>
<Se suponía que morirse tenía que ser dulce.>
<Duele.>
- Eddie.
<Al menos puedo oír su voz.>
- Eddie.
- Déjame, estoy muerto.
- No estás muerto, mírame – le dijo la voz de ella con su maravillosa risa.
Eddie abrió los ojos y vio que estaba en un sitio completamente oscuro. Jackie estaba de cuclillas a su lado mirándole.
- ¿Jackie? – murmuró sin acabar de creérselo.
Intentó levantarse para abrazarla, pero todo le dolía.
- Shhh... No te muevas mi amor – le dijo ella tiernamente -. Aunque no te lo parezca tu cuerpo está bastante magullado.
- ¿Estoy muerto? – preguntó confundido.
- No, tonto – se rio ella de nuevo -, ya te lo he dicho. Sientes dolor, ¿verdad?
- Sí – contestó con una mueca de incomodidad.
- Pues eso quiere decir que aún estás vivo. Tengo a alguien allí cuidando de ti, es un amigo. Se llama Petunia. No le tengas miedo.
- ¿Entonces no estoy muerto?
- Que no, pesado.
- Porque me despedí de Henderson en plan emocional y todo eso – le contó Eddie avergonzado.
- ¿Hiciste eso? ¿Te moriste en brazos de Dustin? – dijo Jackie sorprendida.
- Y con discurso incluido – bromeó él haciéndola reír. Era el sonido más maravilloso -. Te hecho de menos, mi amor.
- Yo también a ti, mucho.
Eddie intentó acariciarle la cara, pero su mano paso a través de ella como si fuera humo. Ambos se miraron con tristeza.
- Tengo miedo Eddie – confesó Jackie con temor en sus ojos.
- ¿Mi dragona miedo? Nunca – dijo él forzando una sonrisa en su cara, pero en realidad tenía tanto miedo como ella -. Te vendré a buscar, princesa. Sabes que no descansaré hasta encontrarte.
- ¿Me lo prometes? – le pidió con voz de niña asustada.
- Te lo juro. Si consigo salir de aquí, claro. Por cierto, ¿dónde estoy?
- Estamos en tu mente. Estás en lo que se diría un coma.
- Aaah... ¿Y cómo despierto?
Jackie le sonrió y se acercó hasta tener la cara pegada a la suya y le gritó:
- ¡DESPIERTA!
Eddie abrió los ojos de repente y un inmenso dolor lo invadió entero. Miró a su alrededor y vio a una extraña y horrible criatura observándole.
Gritó y se intentó levantar, pero estaba sujeto por esas extrañas enredaderas que conectaban con todo. Aunque al fijarse no eran como las que había visto antes por todos lados, estas tenían flores en ellas.
Intentó como pudo zafarse de ellas para huir, pero cuanto más lo intentaba más lo apresaban. Solo cuando dejó de forcejear las enredaderas comenzaron a soltarlo.
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Vuelta a ti
General FictionJackie Wheeler es una chica de 17 años que vivía en San Francisco, pero que por inconvenientes del destino, tiene que irse a Hawkins a vivir con los Wheeler, sus tíos. Por suerte, la buena amistad que tiene con sus primos Nancy y Mike, la ayudará e...