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En menos de una hora, ya estaban preparados para salir, menos Eddie que no tenía nada listo y era el último.


Esta vez como ya no había necesidad de esconderse según Jackie, optaron por volver a coger el vehículo que habían traído y que aún esperaba donde lo habían dejado.


Eddie estaba junto a Dustin y Steve recogiendo sus cosas, observando a Jackie charlar con Once y Argyle como si fueran amigos desde siempre. Esa era la magia de Jackie, era imposible que no le cogieras cariño. Eddie sonrió satisfecho y cogió la cajita negra que tan celosamente tenía guardada.

- ¿Se lo vas a pedir ya? – le picó Steve mirando por encima del hombro de él.

- No – contestó metiendo la cajita en el bolsillo de su pantalón -. Sigo con el plan de esperar hasta la graduación. Bueno, si me gradúo – añadió con pesar.

- Shhh... callaros que viene – les avisó Dustin.

Jackie se acercó hasta ellos y se puso a ayudar a Eddie a recoger todo su desorden.

- Eddie, ¿tienes que llevarte toda esta mierda? – dijo Jackie inclinándose para recoger algunas cosas.

Eddie iba a responderle, pero vio a Dustin con la cabeza ladeada mirando al escote de su chica.

- Tío, contrólate – le llamó la atención a este.

- Lo siento – se disculpó Dustin -, pero es que están... enormes.

Eddie fue hasta Jackie y le agarró las tetas con ambas manos con de concentración. Esta se lo quedó mirando con una ceja levantada, toda mosqueada.

- Smuch... smuch – dijo Eddie dándole un par de apretujones. Le dio un beso rápido y se alejó de ella antes de que le pegara -. Tienes razón Henderson, han crecido – añadió con una sonrisa.

- ¿Estamos todos? – preguntó Hopper sentado en el asiento del conductor, asegurándose que todo el mundo hubiera subido.

- - Sí – contestaron todos al unísono, apretujados como sardinas en la parte trasera.

- Quien me esté tocando el culo perderá su mano – exclamó Jackie amenazante. Estando sentada en el regazo de Eddie, mientras miraba a los demás acusatoriamente, especialmente a él.

- Yo no soy – dijo Eddie defendiéndose, mostrando ambas manos en alto.

- Perdón, creo que soy yo – se disculpó Robin a su lado, moviéndose un poco para liberar su mano.

Al cabo de unos segundos, Jackie volvía a sentir una mano en su culo, pero ahora se notaba claramente que le acariciaba y le daba suaves apretones.

- Robyn, te pasas – le recriminó esta a su amiga, que la miró sin entender a qué venia.

- No. Ahora sí que soy yo – la corrigió Eddie con una mueva orgullosa dándole otra apretada.



El camino hasta la versión alternativa del laboratorio de Hawkins, donde se escondía Vecna, duró casi 40 minutos. A los 10, Jackie ya estaba dormida en brazos de Eddie.

- Estamos llegando – les avisó Steve que iba de copiloto.

Jackie abrió los ojos de golpe, como si le hubieran programado una alarma.

Robin se acercó a su oído y le susurró:

- No se que soñabas, pero que sepas que se ha oído perfectamente como llamabas a Eddie.

Vuelta a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora