Capítulo 2:Los tres monstruitos

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Rodry

-¡Despiértate de una vez Rodrygo!

Mi madre levanta la persiana y me pongo la almohada en la cara cuando la luz del sol choca directamente con mis ojos.

-¡Joder mamá!

-Ni mamá ni nada, te hemos pedido un favor Rodrygo y necesito que lo hagas.

-Cuidar a los tres monstruitos no es un favor, es una penitencia.

Mi madre me da con un cojín en el abdomen y protesto a la vez que ella me mira sería.

-No llames así a tus hermanos.

-Es la verdad mamá y no te atrevas a decirme que no.

-Eres demasiado exagerado.

-Julieta y Jara son dos bichos que no paran quietas ni un minuto, cuando no la lía una la lía la otra.

Mi madre asiente e intenta ocultar la sonrisa porque sabe que tengo razón, mis hermanas no paran quietas ni una sola hora del día.

-Y Kai porque es demasiado pequeño y está todo el día dormido pero no veas el timbre de voz que tiene el jodió cuando llora.

Mi madre no puede evitarlo y acaba riéndose provocando que una sonrisa salga de mis labios.

-Vale, tu ganas, te doy la razón.

-Alabado sea el señor.

Mi madre me da un golpe en el hombro y sonrió.

-Pero de todas formas son tus hermanos y necesitamos que te quedes con ellos unas horas, es la última vez cariño, en dos días llega la Aurpair.

-¿Y esta buena?

-¡Rodrygo!

-¿Que?-me mira mal-tendre que saber si puedo ligarmela.

-Tienes totalmente prohibido acercarte a ella.

-¿Y eso por que?

-Porque la chica es un encanto y queremos que cuide de tus hermanos y no salga espantada.

-Pero mamá si lo único que quiero hacer es darle un poquito de amor, ya verás que no se va ni aunque la eches.

-He dicho que no te acerques y no hay nada más que hablar-me mira enfadada-y deja ya de decir tonterías o hablo con tu padre.

-De verdad mamá le quitas el lado divertido a la vida hija.

-Que no quiero que te acerques a Anne y es lo último que hablamos de este tema.

-¿Anne?

-Asi se llama.

-¿Anne que más?

¿Por qué tan interesado?

-Unzu creo, no se, el que lleva este tema es tu padre.

-¿Cuantos años me dijiste que tenía?

-No te lo he dicho Rodrygo.

-Pues dímelo ahora mamá hija, que a todo le ves un problema.

-Tiene 19 años.

-Pero si es una niña-me río a carcajadas.

-Pues igual que tu hijo mío.

-Yo no soy ningún niño mamá, tengo 21 años.

-Y de mentalidad parece que tienes 3.

La miro mal y ella pasa de mí, sale de mi habitación y me levanto de mi cama. Me pongo un pantalón de chándal y paso de ponerme la camiseta, total en esta casa siempre hace calor por culpa de la calefacción.

AURPAIR (Rodrygo Goes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora