Anne Unzu decide irse a Madrid a cuidar a los hijos de una de las familias más importantes para poder pagar sus estudios universitarios.
Lo que no sabía es que aparte de tres niños pequeños también se encontraría con un hermano mayor el cual no le v...
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Salgo de mi habitación y voy hacia el baño a lavarme la cara. Hoy es el día de reyes y supongo que mis enanas estarán a punto de despertarse.
Ayer cuando llegué intenté entrar en la habitación para hablar con Anne pero había cerrado el pestillo.
Se que está enfadada. Aunque ella me diga que no yo lo sé, se lo noto. Y la entiendo, a mí tampoco me apetecía ir a esa estúpida cena pero tuve que ir.
En cuanto cenamos la deje en su casa y me vine. Carolina es una amiga de la infancia y le tengo cariño pero no me interesa en lo más mínimo tener nada con ella. A mí solo me interesa una chica rubia que ahora mismo no me habla.
Vuelvo a entrar en mi habitación y me visto. Es hora de que mis enanas abran los regalos de Reyes. Es la primera navidad de Kai y me hace ilusión todo.
Salgo y me encuentro de frente con Anne. Va con el pijama y la bata encima. Lleva un moño alto y a Kai en brazos. Esta preciosa.
-Buenos días-le sonrió pero ella ni me mira.
-Buenos dias Rodrygo.
Se gira dejándome con la palabra en la boca y se aleja hasta el salón. Ni me ha mirado en la pequeña conversación que hemos tenido.
Suspiro y voy a la habitación de mis pequeñas. El día de Reyes siempre las despierto yo. Me hace muchísima ilusión.
Enciendo la luz y me arrodilló delante de las camitas. Están tapadas hasta el cuello. Son adorables dormidas. Parecen dos angelitos.
-Buenos días princesitas.
Les acarició las mejillas y les digo palabras bonitas hasta que van abriendo los ojitos poco a poco.
-Tato-Jara me sonríe con carita de dormida y me muero.
-Buenos días reinas, ¿Vamos arriba?
Las dos niegan y se vuelven a tapar hasta la cara. Sonrió cuando las veo y las intento destapar pero no hay forma.
-¿No queréis ver qué os han traído los reyes?
Las dos se destapan y se levantan de un salto. Se tiran a mis brazos y sonrió. Cuanto quiero a estas niñas.
-¡Corre tato!
-Ahora si os queréis levantar eh pillinas.
Las dos me miran mal e intento no reírme para que no se enfaden conmigo. Conociendolas están a nada de gritarme.
-¡Venga tato!
-Voy, voy.
Me levanto con ellas en brazos y cojo una manta para que no pasen frío. Cuando salgo de la habitación nos encontramos con nuestros padres. Mi madre se acerca y nos da un beso a los tres.
-¡Mami han venido los reyes!
-Claro cariño-mi madre le acaricia la mejilla y sonrió.