Anne Unzu decide irse a Madrid a cuidar a los hijos de una de las familias más importantes para poder pagar sus estudios universitarios.
Lo que no sabía es que aparte de tres niños pequeños también se encontraría con un hermano mayor el cual no le v...
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Anne y yo llevamos un mes y medio viajando. Después de estar un mes encerrado en casa haciendo absoluto reposo los médicos al fin me permitieron viajar. Estar a solas con ella es lo que necesitaba y es lo que me hacía falta. Hemos podido hablar tranquilos y arreglar todo. Ella me perdono y yo también me he perdonado a mí mismo. Pese a que nuestra ruptura no fue algo que yo quise se que con mi decisión le hice daño y siendo sincero me hice daño a mí mismo también.
Te ha costado pero lo has reconocido, vamos progresando Rodrygo.
Giro mi cabeza para mirar por la ventanilla y sonrió al ver la cabeza de Anne apoyada en mi hombro. Vamos de camino a nuestro último destino. Hemos estado en Italia, Portugal y Brasil. Me ha encantado llevarla a mí país y poder enseñarle todas nuestras costumbres y tradiciones. Nos hospedamos en casa de mis abuelos maternos y mi chica a hecho muy buenas migas con mi abuela, son las dos unas cotillas de mucho cuidado.
Ahora vamos de rumbo a Sevilla. Se que le hacía ilusión llevarme a su pueblo y que yo al fin conociera a su gente y siendo sincero, a mí también. Es una ciudad preciosa o eso es lo que mi rubia me ha repetido miles de veces ya que yo nunca he estado y se que a mí rubia le encanta la idea de pasar unos días juntos allí. Una pequeña turbulencia mueve el avión y mi chica abre los ojos algo asustada. Le cojo la mano y le acarició la mejilla.
-Solo a sido una pequeña turbulencia nena, está todo bien.
-¿Seguro?-mira a la ventanilla y rápidamente vuelve a mirarme a mí.
-Completamente seguro amor, está todo bien, solo es un pequeño movimiento.
-¿Pequeño? Pues entonces no quiero estar aquí montada cuando sea uno grande.
No puedo evitarlo y me río. Le doy un beso en la frente y ella vuelve a apoyar la cabeza en mi hombro. Le da un poco de miedo volar y aunque se toma una pastilla para no pasarlo mal siempre se pone un poco nerviosa. Le acarició la mejilla y le doy un beso en la frente. No me gusta verla nerviosa ni pasandolo mal pero ahora mismo no puedo hacer nada.
-Piensa en lo bien que nos lo vamos a pasar nena, voy a conocer a tu familia.
-No sé si eso es pasárselo bien.
No puedo evitar soltar una pequeña carcajada y ella también sonríe. Esta nerviosa por mi presentación a su familia y amigos.
-Se supone que quien tiene que estar nervioso soy yo, no tú.
-Lo se, pero es que tú no conoces a mí madre cariño.
-Pues hoy voy a conocerla-sonrio.
-Que gracioso eres-pone los ojos en blanco y no puedo evitar volver a reír al escuchar su tono sarcástico.
-Y tu eres una nerviosa nena, va a salir todo bien, ya verás como me gano a tus padres y nos llevamos de maravilla.
-Bueno de todas formas solo estaremos el tiempo de comer con ellos-la miro extrañado.
