Capitulo 32:Te quiero

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Cuando vuelvo a abrir los ojos veo que estamos entrando en la casa. Juan tararea una canción la cual no puedo escuchar bien por lo bajo que está el volumen.

Giro la cabeza y sonrió al ver la cabeza de Rodry apoyada en mi hombro. Le acarició la mejilla y le doy un beso en la frente. Él se mueve un poco pero sigue dormido.

-Ya hemos llegado a casa.

Miro a Juan a través del espejo y asiento mientras sonrió. Tengo miles de ganas de ver a mis niños y sobretodo de saber que Rodry va a estar tranquilo en su casa con su familia. Juan aparca y me hace un gesto.

-Voy a ir por la silla de ruedas, quedaos mientras aquí.

-Vale Juan, perfecto.

-Ve despertandolo mientras.

Asiento y Juan sale del coche. Suspiro y le doy un beso a Rodry en la frente. Le acarició la mejilla y él poco a poco empieza a moverse.

-Despierta Rodry.

Hace un ruido y niega con la cabeza. Sonrió y le acarició el pelo. Después de lo mal que lo pase pensando que podía perderlo verlo aquí junto a mí es lo que más necesitaba.

-Necesito que te despiertes Rodry, hemos llegado a casa.

-No quiero, estoy muy agusto aquí.

Se pega aún más a mí y suelto una carcajada. Si por mí fuera también nos quedaríamos así pero tiene que ir a su cama y descansar.

-Venga Rodrygo, no me hagas tratarte como a Kai.

-No voy a quejarme, a él lo tratas bien, siempre estás dándole besitos.

Sonrió y le doy un pequeño golpe en el hombro. Él protesta pero sonríe. Le doy un beso en la frente y levanta la cabeza para mirarme.

-Quiero el beso mas abajo.

-No-me mira mal-tu me has dicho que querías los mismos besos que le doy a Kai y a él se lo doy en los mofletes-beso-y en la frente-beso.

-Eso no es justo.

-La vida no es justa Rodrygo.

-Pues me enfado.

Cruza los brazos y no puedo evitar soltar una carcajada. Le abrazo y aunque se resiste al final acaba abrazando mi cuerpo con el suyo.

-Cuando estemos en casa te doy todos los besos que quieras.

-¿Por qué no estamos ya en mi habitación?

Sonrió y me separo de él, le acarició la mejilla y los dos sonreímos a la vez mirándonos a los ojos. Me pierdo en ellos cada vez que me miran.

Juan llega y le ayudo con Rodry, aunque él pone de su parte no queremos hacerle daño y tardamos unos cinco minutos en salir de la plaza de aparcamiento. En todo momento vigila que esté cerca de él y no puedo evitar sonreír. No me he separado ni un segundo de su lado.

Díselo a tu espalda. Putos sillones de los hospitales que incómodos son.

Entramos en la casa y todo está en silencio. Como hayan montado una fiesta sorpresa Rodry es capaz de tirarles una muleta. Dejo más que claro que quería tranquilidad al llegar a casa.

-¿Donde están mis monstruitos?

Sonrió pero le doy una pequeña colleja. No me gusta que les diga ese mote a sus hermanos. Mis niños son preciosos.

-Se han ido con tu madre a pasar el fin de semana a casa de vuestra abuela. Tú madre quería dejarte descansar.

Rodry asiente a lo que Juan nos cuenta y dejó las maletas en cuanto entramos en la habitación. Agradezco que mi querido exjefe pusiera un ascensor aquí porque sino habría sido imposible subir a Rodry por las escaleras.

AURPAIR (Rodrygo Goes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora