Capitulo 42: Nuestro amor

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3 años después.

Termino de colocar el lazo en el pelo de Adriana y la dejó sentada viendo los dibujitos en la tele. Entro al baño de la habitación y termino de retocarme los labios.

Hoy es la final de la liga. El Real Madrid se juega el trofeo, están a dos puntos del Barcelona y el liderato se decidirá con el partido de hoy. Juegan contra el Sevilla y todos sabemos que siempre suele ser un partido difícil. Sonrió cuando me veo en el espejo, llevo la camiseta de Rodry, al igual que mi niña.

Cuando Susana llega a casa salimos las tres rumbo al Bernabéu, por suerte el último partido se juega en casa y eso siempre es un punto a favor. El camino al estadio es entretenido, Adriana se dedica a cantar todo el tiempo, le encanta cantar. Una vez que hemos llegado y enseñamos las acreditaciones nos dejan pasar al palco.

-Mami-miro a mí pequeña-¿Papi hoy tuega?

-Sí amor, hoy papi es titular.

Mi niña comienza a aplaudir y no puedo evitar sonreír. Adora a su padre con todas sus fuerzas y cada vez se parecen más. La verdad es que no podemos quejarnos, Adriana a sido siempre una niña buenísima. Nos lo puso todo muy fácil y es de agradecer sobretodo siendo padres primerizos. Aunque estuviéramos acostumbrados a los niños gracias a sus hermanos no es lo mismo, cuando el bebé es tuyo cambia totalmente todo.

Y hablando de mis tres amores os tengo que actualizar. Jara y Julieta ya tienen nueve años. Siguen siendo dos cotillas de mucho cuidado, aún adoran a su hermano y estoy segura de que le van a dar muchos dolores de cabeza a mí marido con el tema de los chicos. Kai tiene cinco años y sigue siendo ese niño bueno y dulce, adora a su sobrina con todo su corazón. Se me han hecho mayores demasiado rápido, no me he dado ni cuenta de cómo han pasado los años.

-¡Papi!

Los jugadores salen al terreno de juego y veo como mi marido resopla y se besa el tatuaje. Días después de nacer Adriana se tatuó la huella de su pie y siempre que tiene un partido importante hace lo mismo, besar esa parte de su piel.

-¡Papi hola!

Adriana mueve la manita con entusiasmo saludando a su padre y todos los presentes no pueden evitar reír.

-¡Mami, papi no taluda a Atiana!

Traducción: que su padre no la saluda.
Denada, a mí también me cuesta entenderla muchas veces. A mi hija se la entiende perfectamente. La entenderás tu porque el resto de mortales no.

-No te saluda porque no a mirado todavía hacía aquí cariño-la siento como puedo en mis piernas y le acarició el pelo.

-Pues no vale, yo tiero un satudo.

Asiento y saco un paquete de gusanitos de la mochila. Mi querida hija tiene carácter, muchísimo diría yo, y siendo sincera prefiero tenerla tranquila para que nos deje ver el partido. Se lo enseño y ella sonríe, me lo quita de las manos y empieza a comer en silencio. Hago una mueca de dolor cuando noto una punzada en la barriga y Susana me aprieta la mano.

-¿Estas bien tía?

-Sí tranquila, solo se a movido-asiente y sonríe.

-Ay Brunito, se nota que vas a ser futbolista.

Pues supongo que sorpresa. Estoy embarazada de siete meses y medio. No vayáis nunca a la gala de un balón de oro, esos baños son demasiado provocativos.

Si claro, la culpa al baño y no a que estais todo el día dándole al tema. Envidiosa. Pues si, pero no soy la única, aquí todas te envidiamos querida.

AURPAIR (Rodrygo Goes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora