Anne Unzu decide irse a Madrid a cuidar a los hijos de una de las familias más importantes para poder pagar sus estudios universitarios.
Lo que no sabía es que aparte de tres niños pequeños también se encontraría con un hermano mayor el cual no le v...
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Abro los ojos y me los frotó acostumbrándome a la luz. Giro mi cabeza y sonrió al ver a Anne, está en el sillón al lado de mi cama hecha un ovillo. Lleva un mes aquí conmigo, no sé a separado ni un simple segundo de mi lado.
-Anne.
Abre los ojos y se incorpora rápidamente asustada.
-¿Que te pasa? ¿Estas bien? ¿Necesitas algo?
Niego y entrelazó mi mano con la suya, ella bosteza y no puedo evitar sonreír.
-Tumbate aqui a mí lado anda.
Niega rápidamente y cuando se va a alejara la jaló para que no se separe de aquí. A cabezona y terca no la gana nadie pero a mí aún menos.
-Anne, estás cansada y llevas sin dormir bien un mes, acuéstate aquí, cabemos los dos.
-No quiero hacerte daño Rodry, sigues herido.
-No me vas a hacer daño, está cama es suficiente para que quepamos los dos, hazme el favor y tumbate aquí.
Suspira y le acarició la mano, ella me mira fijamente a los ojos y finalmente me hace un gesto para que le deje espacio. En cuanto lo hago se tumba a mí lado y como puedo le doy un beso en la cabeza, ella me sonríe y yo me muero de amor, echaba mucho de menos su sonrisa. Es la más bonita, pura y sincera que he visto nunca.
-Sabes que tenemos que hablar de lo nuestro, ¿verdad?
Levanta la cabeza y me mira fijamente a los ojos, asiente y suspira.
-Lo sé Rodry, pero vamos a esperar, quiero que estés completamente recuperado, no puedes llevarte agobios.
Asiento y ella me sonríe, se incorpora un poco y me da un pequeño beso en los labios. Sonrió y me acaricia la mejilla.
-¿Como te encuentras hoy?
-Mucho mejor Anne, ya casi no me duele nada, solo tengo una pequeña molestia en el brazo.
Este mes a sido realmente duro. Me han tenido que operar de las dos piernas y no ha sido lo mejor del mundo ya que la recuperación a sido dura, pero lo bueno es que voy a poder seguir jugando al fútbol en cuanto me recupere sin ningún tipo de problema.
-No sabes el miedo que pase cuando Paulo me llamo, me moría de miedo solo de pensar que algo malo te podía haber pasado y que no te iba a ver nunca más.
A medida que va hablando la voz cada vez se le corta más y veo como los ojos se le cristalizan, la aprieto contra mí y le doy un beso en la mejilla.
-No llores nena, todo está bien, estamos juntos, no me a pasado nada.
-Pero te podría haber pasado y yo me muero de miedo Rodry, te juro que me muero si algo te pasa.
