Capitulo 38:¿Solo uno?

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Rodry

En cuanto abro los ojos no puedo evitar sonreír. Anne está tumbada a mí lado y mi mano está encima de su barriga, protegiendo a nuestro bebé. Le doy pequeñas caricias saludando a mi bebé y le doy un beso en la mejilla a mí mujer intentando no despertarla. Aún es temprano y se que necesita descansar. El primer trimestre del embarazo lo está llevando regular. Las náuseas son su rutina diaria y aunque se que es algo normal en los embarazos no me gusta verla pasarlo mal.

Bajo al salón y comienzo a prepararle el desayuno. Hace una semana que nos vinimos a vivir a nuestra casa. Fue duro dejar a mi madre y mis hermanos pero sabíamos que tarde o temprano teníamos que dar este paso en nuestra relación. La casa está en la urbanización cerca de mis compañeros de equipo y a cinco minutos de la casa de mi madre. Es acogedora pero bonita y eso era lo más importante para nosotros.

Una vez que tengo el desayuno preparado lo dejo en el comedor y voy a ducharme antes de despertar a Anne. Hoy tenemos un día bastante ajetreado. A las diez tenemos cita con la ginecóloga para al fin ver a nuestro bebé. Mi mujer está muerta de miedo, está convencida de que vienen más de un bebé y yo solo puedo reírme. Me hace ilusión uno no os imagináis ya cuánta ilusión me haría si fueran dos o más. La verdad es que lo único que me importa es ver al bebé y saber que todo está bien tanto con el embarazo como con nuestro pequeño.

Después de salir del médico hemos quedado con sus padres. Han venido unos días a Madrid y tenemos que contarles muchas cosas. Las más importantes, que nos hemos casado y que van a ser abuelos. Mi mujer tiene miedo por la reacción de sus padres, dice que son dos personas muy impulsivas y que pueden reaccionar de cualquier forma. Yo solo los he visto una vez en mi vida y me lleve bien con ellos pero la que los conoce bien es ella.

Y esta noche tenemos la gala de la empresa. Con eso sí que hay novedades. Resulta que mi primo Paulo denunció a mi padre. En el testamento de su padre, el hermano gemelo de mi padre, él le había dejado la mitad de la empresa a mi primo y mi padre le pago a un notario para que cambiará todo. Total, que mi primo a ganado el juicio y se ha quedado con toda la empresa. Quiso ofrecerme la parte de mi padre pero me negué, yo no quiero nada de esa persona y mucho menos me interesa la empresa, eso lo lleva mejor mi primo, lo mío es el fútbol.

Cuando salgo del baño veo a mi mujer despierta, me mira y una sonrisa instantánea se forma en nuestras caras a la vez.

Muchas veces me da miedo la complicidad que tenéis.

Se levanta y se acerca a mí. Me rodea el cuello con sus brazos y yo rodeó su cintura. Se pone de puntillas y une nuestros labios en un corto pero precioso beso. Me acaricia la nuca y sonrió cuando nos quedamos con las frentes apoyadas mirándonos fijamente.

-Buenos días mi amor, ¿como te encuentras?

-Bien amor, pero tengo un poco de fatiga.

Asiento y vuelvo a besarla, ella se separa rápidamente y va corriendo al baño, en cuanto se arrodilla para vomitar le agarro el pelo y le acarició la espalda. Se que no le gusta que la vea vomitar pero a mí me da igual, no la pienso dejar sola. Una vez que a terminado y se a lavado la boca apoya la cabeza en mi pecho y suspira, le acarició el pelo y le doy un beso en la cabeza.

-No me gusta que me veas así amor.

-Y yo te he dicho que me da igual mi vida, estás así por mi bebé, no pienso dejarte sola.

Sonrie y vuelve a unir nuestros labios. Desayunamos planeando un poco el día. Aunque lo tenemos a tope de eventos nos gusta tenerlo bien organizado por cualquier cosa que pudiera pasar. Una hora y media después estamos entrando en la clínica. Pasamos a la consulta y no puedo evitar ponerme nervioso cuando la doctora enciende la pantalla.

AURPAIR (Rodrygo Goes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora